Todos los días me dicen que no se puede ser más buena, ni bonita, ni cariñosa que yo, a lo que respondo con alegrías y lametazos. Por eso, necesito una familia a la que demostrarle que, cuando me piropean, puedo derretirme como un helado al sol. Me llamo Lala. Contacto: info@fundacionraulmerida.es