¡Y llegaron los petardos! Comienzan las fiestas y con ellas aparecen los fuegos artificiales, generando muchos problemas para los animales. El pánico que les produce provoca huidas, temblores, ansiedad, fobias, comportamientos incontrolados y accidentes que, en ocasiones, tienen un desenlace fatal. Incluso ha habido casos de animales muertos por fallos cardiacos. Es imprescindible que desde la administración se hagan cumplir de forma estricta la normativa que prohíbe el uso de pirotecnia por parte de particulares para que no perjudique ni a los animales ni a la población humana vulnerable. No se debería tener acceso a estos artefactos y mucho menos en plena calle o manipulados por menores de edad. Hemos visto otros años desagradables accidentes. En el caso de los eventos locales autorizados, se debería limitar lo máximo posible el empleo de pirotecnia convencional y proceder a su sustitución por los nuevos fuegos artificiales silenciosos o espectáculos de luz. En otras ciudades ya se han probado y han sido un éxito. Es posible disfrutar de la pirotecnia sin tener que provocar el pánico entre los habitantes no humanos del municipio.