Ahora que se acerca el verano hay que tomar precauciones con el sol y las altas temperaturas. Nuestras mascotas deben tener abundante agua disponible y no pasar tiempos prolongados en lugares cerrados, con poca ventilación ni con mucha aglomeración. Si fuera necesario es recomendable mojarles con agua a temperatura ambiente pero nunca fría, para bajar un poco su temperatura. En los paseos, intentar evitar las horas de mayor calor para sacarlos y, si es posible, no ir por la calzada a pleno sol, ya que las altas temperaturas que coge el asfalto podría dañar sus patas. Al mínimo síntoma de hiperventilación o jadeos excesivos es recomendable llevarlo a nuestro veterinario de confianza sin que se agite mucho en el trayecto. Toda precaución es poca para cuidar a nuestros miembros de la familia.