Nuestra provincia acoge estos días la celebración de distintos juicios por maltrato animal: un juzgado de lo Penal decidirá sobre el caso de los cuatro gatos a los que se les arrojó ácido en el puerto -el fiscal pide 22 meses de cárcel al presunto responsable de los hechos- y, otro, también de lo Penal, decidirá sobre la posible responsabilidad de un hombre que, presuntamente, pudo golpear con un casco a un pato en la universidad -los hechos sucedieron hace un año y, se piden para el acusado, una pena de cuatro meses de cárcel-. Ya no queda impune ningún maltrato animal.