Alrededor de los seis o siete meses, lo normal es que el animal haya cambiado ya la dentadura de los incisivos y caninos. La retención de dientes de leche, aunque es una anomalía, se da con bastante frecuencia. En cualquier caso, lo habitual es que, a corto y a medio plazo, el tema se solucione de forma natural; otra cosa es que, a largo plazo, como consecuencia de lo anterior, se produzca una mayor formación de sarro en la dentadura del animal, con los problemas colaterales que ello conlleva: mal olor de boca, encías sangrantes e infecciones bucales.

Mi consejo, por un lado, es que le des juguetes para que los muerda ya que, en algunos casos, eso ayuda a la caída de esos dientes de leche persistentes. Y, por otro, que consultes a tu veterinario y, si tienes la intención de castrarlo, que aproveche dicha operación para extraerle los dientes de leche que aún le queden.

De todas formas, si no tienes pensado a medio plazo realizar ninguna operación que requiera sedación o anestesia, quizás lo más conveniente sería programar con tu veterinario la extracción de esos dientes.