Es hora de que los animales nos ayuden a los humanos y sólo podemos acercarnos a ellos desde el corazón. Para poder ayudar a los animales, se les debe dar el valor que realmente tienen, no se les puede ayudar desde otra posición, ya que la desigualdad es la que les ha colocado donde ahora mismo están. La lucha por los derechos de los animales no es de las personas sino de los animales, y por ello, se debe lograr de la forma que ellos lo harían, es decir, sintiendo con el corazón. Si dejamos que ellos nos guíen, se producirá el gran cambio. No estamos salvando a los animales, nos estamos salvando nosotros mismos. Ellos tienen la medicina para curar la sociedad enferma en la que vivimos, tienen los valores que a los humanos nos faltan y viceversa, por lo que debemos caminar juntos cogidos de la mano. Los humanos somos muy mentales, mientras que para ellos lo más importante es el amor.

Las acciones de las personas están desbordadas de ego. Esta no es sólo una lucha por los animales, es la lucha del valor y la humildad, del ser y el estar presentes, de la luz contra la oscuridad. Ellos nutren de amor a la sociedad y eso es justo lo que ahora necesitamos para evolucionar, es el momento de amar de verdad, es lo que realmente hay que conseguir y por lo que debemos luchar. Los animales hacen un trabajo muy importante y necesario con las personas y los que no son capaces de verlo o no lo permiten, es porque tienen mucho miedo a amar.

Si lo conseguimos, será la victoria frente a la violencia, un cambio en la energía que mueve al mundo y que es necesario para evolucionar. Y si ganamos, ganamos todos, porque el objetivo es la paz.