Después de décadas exponiendo el sufrimiento de los animales en circos itinerantes es para estar contentos de que el circo Ringling (146 años actuando con animales) cierre sus puertas. La presión de la opinión pública y su escasa venta de entradas han motivado el cierre. Los circos perfectamente pueden sobrevivir sin espectáculos protagonizados por animales. El uso de animales, ya sean salvajes o no, debe estar prohibido. Un circo no puede satisfacer correctamente las necesidades de los animales.

Al acabar el espectáculo se les confina en pequeñas jaulas atados y encadenados por mucho tiempo, donde prácticamente no pueden moverse. Se debe concienciar a los espectadores y público en general del sufrimiento de los animales en estos espectáculos para acabar con este entretenimiento bochornoso. Ya son 34 los países que se han sumado a esta iniciativa y han acabado con estos circos itinerantes para siempre. Francisco Garcia-RomeU..presidente del O.C. para el Bienestar Animal