Pues resulta que, efectivamente, no existieron. Los relatos de humanos que superaban los tres metros de altura se repiten en muchas de las historias populares que circulan por medio mundo pero, bueno, ya se sabe que la historia está llena de mentiras. Sin embargo, lo que ya resultan menos discutibles son los hallazgos de huesos y cadáveres de estas personas que demuestran la existencia de una, llamémosle «estirpe humana», extendida por todo el mundo, cuya estatura superaría ampliamente la del resto de los mortales. Así que, ya ven, apunten la primera: los gigantes humanos existieron.

¿Y en el caso de los animales? Evidentemente, es de conocimiento común que hace millones de años el planeta estaba lleno de ellos. Dinosaurios gigantescos hundían literalmente la tierra con cada uno de sus pasos dejando sus huellas marcadas para la eternidad. Los restos del último encontrado en la Patagonia argentina presentan nada más y nada menos que 26 metros de largo y casi 60 toneladas de peso, algo así como varios edificios juntos. ¿Qué les parece?

Hoy en día siguen existiendo casos en todo el mundo de animales que sobrepasan los tamaños más exagerados que uno jamás pudiera imaginarse -conejos gigantes de más de cincuenta kilos, perros que superan ampliamente la altura de sus dueños, cerdos cuyo peso sería necesario cifrar en toneladas o caballos que, para poder acceder a su lomo, necesitaríamos una doble escalera de mano-. Son, simplemente, algunos ejemplos de animales actualmente vivos y contrastados, cuyo tamaño ha asombrado al mundo entero.

Y, no crean, esos casos también se producen en el mundo de los animales salvajes. ¿Un ejemplo? Los ligres, esos cruces entre tigres y leones, cuyas medidas pueden alcanzar los cuatro metros de largo y la media tonelada de peso, ahí es nada... ¿Y por qué son tan grandes?, se preguntarán ustedes. Pues verán, es curioso. De forma general, los padres transmitimos a nuestros hijos un gen inhibidor del crecimiento que hace que, a determinada edad, dejen de crecer. Sin embargo, en estos grandes felinos, dicho inhibidor sólo es transmitido por el macho en el caso del tigre, y por la hembra, en el del león. Así que, cuando lo que se cruza es lo contrario, es decir, una tigresa y un león, nace un ligre que crecerá durante toda su vida ¿Increíble, verdad?

Pero no acaba ahí la cosa. Por ejemplo, otro clásico en el mundo de las leyendas es el de los calamares gigantes. Durante años se negó su existencia pero, hoy en día, han aparecido especímenes varados en la costa de casi 20 metros de largo y media tonelada de peso. Es decir: existir, existen.

Así que, como ven, en la naturaleza no todo es cuadriculado. Existen aún muchas cosas por descubrir. Está claro que no se trata de soñar pero sí de abrir la mente y explorar, simplemente, lo que, quizás, quién sabe, podría ser real.