Santa Claus ha vivido en Tennessee (EEUU) la que sin duda será su historia navideña más especial. Y es que, hace unas semanas, visitó a un niño de cinco años que permanecía ingresado en un hospital por padecer una enfermedad terminal. El pequeño le contó que le habían dicho que se iba a morir, y su último deseo era poder ver a Papá Noel. Así que no solo cumplió su última voluntad, sino que contó al niño que él era su duende número uno. El menor se fundió en un fuerte abrazo con su idolatrado Santa Claus y, sin que hubiese tiempo para más palabras, falleció en sus brazos.