Su belleza es directamente proporcional al dolor que supone su picadura. Es la carabela Portuguesa, con tentáculos que pueden llegar a los 50 metros para atrapar sus presas y un veneno relativamente potente. Ha vuelto a aparecer en las costas españolas. Su color azulado ha cerrado en Huelva la playa del Espigón. Y en Málaga se han retirado ya una veintena, pero el levante y las mareas se las han llevado de la costa. Aunque la precaución se mantiene en el baño. No es difícil encontrarla estos días así que, si se la cruzan, cuidado. Su picadura produce vómitos, mareos, taquicardia y, en casos muy extremos, la muerte. Y no intenten los remedios que conocen para las medusas. Son inocuos contra la carabela portuguesa.