Los terroristas planeaban un ataque de gran envergadura con explosivos en Barcelona. Entre los posibles objetivos: la Sagrada Familia. Lo llevan preparando desde hace meses y es a principios de agosto cuando ultiman el golpe. Es lo que se desprende del auto del juez Andreu. El 1 y 2 de agosto se compran al menos 500 litros de acetona según los comprobantes encontrados en esta masía de Tarragona. En palabras del juez: "Se estaba intentando fabricar TATP, un explosivo habitual del Estado Islámico". El 11 y 12 viajaron a París, lo confirma una reserva de hotel y la fotografía del Audi de Cambrills captada por un radar. El 16 de agosto, un día antes de los atentados, Driss alquila la furgoneta de las Ramblas y Mohamed Hichamy, muerto en Cambirls, alquila la que luego apareció en Vic. Ese mismo día a las 8:25 de la noche compraron 15 fundas de almohada y suficientes bridas, según el juez, para contener los explosivos en su interior. Todo ese material fue encontrado en Alcanar, además de clavos para ser utilizados como metralla, pulsadores y un cinturón con explosivos reales. Pero esa noche, con el explosivo casi listo, aún sin secar, algo falla, Alcanar salta por los aires, y se precipitan los planes.