El Meridiano se jugará la permanencia el sábado a la vera de la Alhambra después de perder ante el Gran Canaria en un encuentro marcado por la ausencia de actitud de los alicantinos pese a disponer de una oportunidad de oro para dejar sentenciada la continuidad en la ACB. El conjunto de Vidorreta firmó su novena derrota de los últimos diez partidos en uno de los peores encuentros que se recuerdan en el Centro de Tecnificación y que deja más cerca el abismo de la LEB a falta de tres partidos.

El equipo lucentino dejó patente sobre el parqué su estado de ánimo: sin cobrar y con jugadores que manifiestan abiertamente en las redes sociales su deseo de regresar a su casa. Así, el Meridiano que se vio ayer fue el de las peores ocasiones, un equipo sin alma, sin ideas y sin ganas de jugar. Con ese panorama, el Gran Canaria ni siquiera necesitó a Carroll para llevarse la victoria de Alicante. Sacó máximo rédito con el mínimo esfuerzo ante un rival totalmente negado en ataque que arrancó algún pitido de la grada.

El encuentro quedó roto al comienzo del tercer cuarto. Una falta más técnica a Carroll por protestar pudo ser el punto de inflexión a favor del Meridiano (35-33), pero sin embargo produjo el efecto contrario: la desconexión del conjunto de Vidorreta. Llompart falló los dos tiros libres y a continuación llegó un inadmisible parcial de 0-8 con Jim Moran de protragonista. El Meridiano desapareció del mapa para regresar cuando ya estaba todo perdido (49-65). Fue el momento de Heurtel en el último cuarto para maquillar sus estadísticas y las del equipo. El francés, que llevaba 2 puntos en el minuto 30, anotó 13 en la recta final. Sólo sirvió para que algunos espectadores no se fueran antes de que acabara el encuentro.

El Meridiano sólo existió en el primer cuarto. La labor de Andriuskevicius era fructífera y mantuvo a los alicantinos por delante pese a la diferencia en las personales (7-3) en los primeros diez minutos. Carroll daba muestras de su calidad y Doellman cerró un primer acto con pocas conclusiones.

El declibe comenzó ya en el segundo cuarto. Sólo ocho puntos anotaron los alicantinos con penosos porcentajes tanto en tiros de dos como de tres. Hasbrouck no hizo más que perjudicar a su equipo. Acabó con -4 de valoración con un irrisorio 2 de 11 en tiros de campo. Carroll volvió aparecer aunque se llegó al descanso con todo por resolver (27-29). Las sensaciones no eran buenas pero se esperaba un cambio de imagen en el tercer cuarto por todo lo que había en juego.

Rey marcó el camino nada más salir del vestuario pero un triple de Stojic empató el encuentro (33-33) y Doellman puso de nuevo por delante a los lucentinos instantes antes del punto de inflexión del encuentro. Carroll se fue al banquillo con cuatro personales tras una técnica por protestar. Todo estaba a favor para el despegue. La necesidad obligaba, pero el Meridiano decidió desconectar. Un parcial de 1-10 rompió el partido. El conjunto alicantino quedó a merced del Gran Canaria para terminar el cuarto con un preocupante 42-49.

Bramos y Beirán tomaron el mando ante el aturdimiento de un Meridiano irreconocible. Ni siquiera había lucha, a Stojic le salía todo al revés y Vidorreta ya no sabía qué hacer. El conjunto de Pedro Martínez alcanzó su máxima renta con 49-65. El encuentro estaba perdido desde hacía mucho tiempo pero el Meridiano lo intentó tarde y a la desesperada.

Heurtel inició su lucimiento personal -calidad tiene, pero mal aprovechada- y el conjunto alicantino se acercó a seis puntos (61-67) a falta de 46 segundos. El Centro de Tecnificación llegó incluso a soñar, pero Rey acaba sentenciando el encuentro y dejando al público con un gesto de preocupación considerable. El sábado, la vida pasa por Granada.