El Meridiano está abocado a un sufrimiento extremo para lograr la permanencia. La diferencia con la zona de descenso se estrecha por momentos y el equipo alicantino ya sólo disfruta de una única victoria de ventaja sobre el Granada a falta de cuatro jornadas para el final. El problema no ha sido la reacción del cuadro andaluz con dos triunfos consecutivos, sino que el conjunto de Vidorreta sólo ha sido capaz de ganar un partido de los nueve últimos, un balance más que preocupante. Ayer volvió a dar la cara, pero falló de nuevo en los momentos decisivos ante un Unicaja que "mató" con Fitch y Freeland. Tras una primera parte muy buena y parte del tercer acto, el Meridiano desapareció del mapa, olvidó su efectivo juego de ataque y también aparcó para otro día la defensa, dejando al Unicaja una victoria por la que tuvo que sufrir más de la cuenta.

El equipo lucha, se entrega y compite hasta el final, pero psicológicamente no anda fino y su rendimiento sufre altibajos. Doellman brilló en el segundo cuarto con 12 puntos, pero se escondió tras el descanso. Andriuskevicius volvió a ver lastrada su labor por las personales y de nuevo Heurtel mostró su peor cara.

El Meridiano tocó techo en el primer minuto del tercer cuarto tras ponerse ocho puntos arriba (42-50) con un gran Hasbrouck. La decadencia llegó en ese preciso instante con Fitch de protagonista para endosar un parcial de 9-0 que el equipo alicantino nunca superó. El Unicaja remató la faena en el último cuarto a base de triples ante un rival que asimiló la derrota demasiado pronto mostrando dos caras en el encuentro de ayer en el impresionante pabellón malagueño.

El conjunto de Vidorreta pisó el parquet del Martín Carpena sin ningún complejo volviendo a ofrecer un recital en ataque en los primeros 20 minutos. Doellman, al que el técnico reservó en el primer cuarto, se convirtió en la gran pesadilla de los andaluces. Sus 12 puntos en el segundo acto, unido a un ordenado y eficiente ataque, llevó al conjunto lucentino a llevar las riendas del encuentro antes del descanso. El acierto ofensivo no se vio compensado con la defensa, aunque los dos espectaculares tapones de Andriuskevicius sobre Tripkovic y Archibald dejaron sin reacción el pabellón del Unicaja.

Pese al 12-6 inicial, el Meridiano no se vino abajo. Liderado por Llompart y Stojic, el conjunto lucentino resistió a los puntos de Blakney y con un parcial de 2-9 dejó claro que las cosas no iban a ser fáciles para el Unicaja. Así, el 23-23 de los primeros diez minutos hizo justicia a lo vivido en la cancha.

De nuevo Blakney intentó meter el miedo en el cuerpo a los lucentinos en el arranque del segundo cuarto. Heurtel pecaba de individualismo y Vidorreta lo tuvo claro: Llompart debía regresar a la cancha. Así, el Meridiano hizo de su ataque su sello de identidad y Doellman se lució ante una defensa incapaz de frenar su efectiva muñeca. El americano convirtió en canasta todo lo que lanzó. Brillante el equipo alicantino en unos primeros 20 minutos que obligaba a soñar.

Hasbrouck mantuvo la inercia tras el descanso. Sus cinco puntos consecutivos dejaron el marcador en un sorprendente 42-50. La reacción del Unicaja llegó de inmediato de la mano de Gerald Fitch. El alero americano, en combinación con un inspirado Blakney, da vida a su equipo. Parcial de 9-0 que dejó noqueado a un Meridiano algo distinto al de la primera parte.

Freeland ganó en protagonismo y fue letal para los intereses alicantinos en un último cuarto cómodo para el Unicaja. Los triples prácticamente consecutivos de Carlos Jiménez y dos de McIntyre hicieron que las distancias se fueran ampliando. Llegaron entonces las pérdidas absurdas, una "piedra" de Rancik y despistes defensivos en un cuarto para olvidar.

Con esta derrota, el Meridiano se juega la vida el próximo lunes ante el Gran Canaria en el Centro de Tecnificación. Un nuevo fallo dejaría la LEB más cerca que nunca.