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odo estaba atado y bien atado, o eso parecía. Los partidos de la oposición en el Ayuntamiento de Dénia y el ex concejal socialista Juan Collado, ahora en el grupo de no adscritos, cerraron la semana pasada el acuerdo por el que venían negociando casi desde el principio del mandato. El pacto, verbal, para tomar el poder en el Ayuntamiento mediante la presentación de una moción de censura era total e iba a convertir de forma inminente en nuevo alcalde al mismísimo Juan Collado. Pero poco duró la entente. Las divergencias que en las últimas semanas se han producido en el seno del Partido Popular, principal grupo de la oposición con 5 concejales, han echado por tierra la operación, al menos de momento. Los populares son ahora partidarios de no mover ficha hasta que pasen las elecciones generales convocadas ya para el 9 de marzo, y de hecho han comunicado al resto de grupos que hasta entonces no habrá más negociaciones.

Fuentes de la oposición confirmaron ayer todos los extremos: cómo se alcanzó el complejo acuerdo y cómo se fue al traste el pasado viernes. El pacto habría aupado al poder a un entramado de cinco grupos (PP, CU, GD, PSD y Juan Collado);, pero por el momento no va a ser así. Tanta heterogeneidad se antoja un riesgo para cualquier intento de gobierno, y lo ha demostrado el hecho de que el pacto se ha roto antes incluso de iniciarse la operación de toma del poder municipal.

Si se alcanzó el pacto es, entre otras cosas, porque todos los grupos, incluído el Partido Popular encabezado por su portavoz Ana Kringe, llegaron al acuerdo de otorgar la alcaldía para la aventura de gobierno al tránsfuga Collado. Y si se rompió el viernes es porque desde el mismo Partido Popular surgieron dudas y voces en contra del pacto.

En concreto, según narraban ayer fuentes de la oposición, el número 2 del PP, Vicent Chelet, expresó el viernes sus reticencias a apoyar la operación. Con ello, se desmarcaba del acuerdo que iba a hacer alcalde a Collado, según las mismas fuentes que aludían a un distanciamiento entre Chelet y la número 1 del grupo municipal y presidenta de la ejecutiva local, Ana Kringe, en los últimos tiempos. Y esta puede haber sido una primera muestra patente del conflicto interno en el Partido Popular.