El Ayuntamiento de Calp, gobernado por PP e independientes, y el Consell se cartean. Es la forma que tienen de comunicarse. Y, tras los escritos enviadas por la Generalitat para avisar de que los gigantes hoteleros no tienen encaje en el nuevo urbanismo valenciano, ahora es el consistorio el que acude al cartero. La junta de gobierno ha aprobado remitir una misiva a la Dirección General de Puertos (conselleria de Obras Públicas) para pedir información sobre el expediente de licitación de las obras y la explotación del puerto deportivo Puerto Blanco, precintado hace más de dos años por el Consell.

El consistorio advertirá en su carta de que, tras más de dos años cerrada, esta dársena sufre «un abandono total». Ya ayer sostuvo que el dique de abrigo, el más castigado por los temporales, «continúa deteriorándose todavía más». También recordó que el pasado mes de julio ya trasladó al Síndic de Greuges una queja por el estado ruinoso del puerto deportivo.

El ayuntamiento considera que el cierre prolongado de este puerto daña la imagen turística de Calp e impide aprovechar un recurso náutico clave para el floreciente turismo de mar. Afirma que los vecinos también denuncian que hay «problemas de limpieza y degradación» del entorno. Precisa que los residentes están molestos y que a los bañistas que acuden a la playa de Puerto Blanco tampoco les agrada pasar por una dársena ruinosa.

El consistorio reclamará en la misiva información detallada de la licitación, el inicio de las obras y los plazos de ejecución. También preguntará al Consell si tiene previsto convocar un nuevo concurso para la explotación de los amarres y de las instalaciones de la náutica de recreo.