Quitar el «tapón» que está provocando que se pudra el agua de la desembocadura del río Girona (hay malos olores y contaminación) tiene su dificultad. Los alcaldes de Dénia, Vicent Grimalt, y els Poblets, Salvador Sendra, se reunieron ayer con la presidenta de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), María Ángeles Ureña, y la jefa del servicio de Costas de Alicante, Rosa de los Ríos.

El consistorio dianense no puede meter las máquinas. El «tapón» no está en la orilla de la playa, sino unos metros río adentro. Los técnicos de la CHJ han propuesto que se cree un acceso provisional para que las máquinas puedan romper el dique de grava y «posidonia» y el agua corra de nuevo. La desembocadura se restaurará luego para que no quede rastro de ese acceso en la margen del río.