«El Júcar es hoy un río sobreexplotado, al que no le sobra agua, con unos caudales ambientales insuficientes tanto para el propio río, como para l’Albufera a la que alimenta. Un río sometido a episodios recurrentes de sequía, como el actual, que limitan la disponibilidad de agua para los usos humanos». Ésta es una de las principales conclusiones a las que llegó la Mesa del Júcar en su última reunión, celebrada en Alzira.

El colectivo ecologista consideró que, a pesar de esta situación, «el lobby del agua de Alicante continúa exigiendo, una y otra vez, el agua del Júcar, como si nuestro río fuera el Amazonas y le sobrara agua para repartir con el Vinalopó, el Segura o el Guadiana. Si la situación de estos ríos es mala, la del Júcar y sus afluentes, lo es igualmente, compartiendo los problemas de sequía, reducción de caudales y dificultades por la sequía».

De esta manera, la Mesa del Júcar ha querido mostrar su rechazo frontal a ceder agua a la Junta Central de Usuarios del Vinalopó que, según denunciaron, está a punto de firmar un convenio con el Ministerio de Medio Ambiente (al margen de las normas de explotación del Júcar que están en proceso de elaboración) mediante el cual se garantizaría el trasvase fijo de 20 hectómetros cúbicos anuales durante los próximos cinco años. «No satisfechos con todo esto también están pidiendo 30 hm3 más desde Alarcón, dejándonos sin este recurso de agua río abajo de este trasvase», criticaron.

Por todo ello, la organización (que aúna a entidades ecologistas, regantes, ayuntamientos, sindicatos, partidos políticos, organizaciones agrarias y sociedad civil en general), aprobó una serie de puntos para exigir su cumplimiento a las diferentes administraciones implicadas en la gestión del agua, caso de la Generalitat Valenciana o el Ministerio de Agricultura, Medio Ambiente y Alimentación del gobierno de España. En primer lugar, la Mesa del Júcar exige la recuperación integral del Júcar y de l’Albufera, así como de los acuíferos y sistemas acuáticos asociados. Pide que finalice la sobreexplotación del acuífero de la Mancha Oriental, que priva al río de una gran parte de su caudal base, recuperando el lecho del río, con su ensanchamiento y la plantación de vegetación de ribera. Según el colectivo, el río se ha visto afectado en las últimas décadas por la extracción de una gran parte de su caudal como consecuencia de abusivas sustracciones, mientras se ha contaminado con pesticidas prohibidos y con nitratos hasta poner en riesgo el abastecimiento de agua potable. El cambio climático, que ya ha provocado una importante reducción de las precipitaciones en la cuenca, agrava el deterioro del río y los acuíferos.

Uso de plaguicidas

Por eso también se exige mejorar la calidad de las aguas del Júcar, poniendo en marcha medidas para reducir radicalmente el uso de plaguicidas que se han encontrado en el río, según un informe de Ecologistas en Acción.

La Mesa del Júcar pide el abastecimiento de agua de la mejor calidad a los pueblos de la Ribera, poniendo en marcha medidas para la recuperación de los acuíferos contaminados.