Dénia fue una ciudad de teatros y luego de cines. Todos cerraron. También florecieron las librerías. En los años 80, había cinco. Bertomeu, La Mar, Ambra... Dénia saciaba el apetito lector (nunca fue voracidad ni hambre, para qué engañarse) de la Marina Alta. Eran librerías de autor, es decir, proyectos más personales que empresariales impulsados por enamorados de los libros. Ahora baja la persiana Ex Libris, la penúltima librería de Dénia. Queda Públics, que es también papelería y vende libros de texto y prensa. El negocio, para sobrevivir, se diversifica. Las librerías al uso, las de anaqueles preñados de tomos y de libreros que comparten con los clientes su experiencia lectora, están condenadas a desaparecer.

Ex Libris abrió hace 17 años. Su primera propietaria fue Mati Mengual, una lectora compulsiva que sentía devoción por los libros. Hace tres años se hizo cargo del negocio María Teresa Gilabert. Para entonces Ex Libris ya era una suerte de último Mohicano de las librerías de la Marina Alta. Los lectores acudían a conversar con la librera, a pedirle consejo, a consultarle sobre las últimas novedades literarias. Pero los libros pasaron de hojearse a descargarse, un verbo con reminiscencias eléctricas pero de poco brillo. El negocio de los libros perdió el tacto, el placer sutil de meterle mano a las páginas, de saborear el silencio de la librería y de conversar sin prisa con el librero.

«Hemos llegado a tener 10.000 clientes. Pero las librerías se quedan sin espacio. El 50 % de los libros se venden ahora por internet y el 15 % se descargan. El resto es lo que nos puede quedar a nosotros», explicaron ayer los dueños de Ex Libris. «Seguir adelante era ya insostenible. A nuestro pesar, hemos tenido que cerrar».

Ahora los responsables de la librería están embalando los ejemplares en cajas. Las estanterías que subían hasta el techo se quedan vacías. En el escaparate hay un cartel de «se traspasa».

«Hasta el último momento hemos mantenido un atisbo de esperanza. Las últimas presentaciones, de las escritoras Esmeralda Duaigües y Mercedes Perles, fueron todo un éxito. La gente se quedaba fuera, ya que la librería estaba llena. Y nos ha quedado pendiente presentar el último libro de Francisco Cejudo», indicaron los propietarios. También insistieron en que han intentado convencer al ayuntamiento de que organizara una pequeña feria del libro. Pero no ha habido forma.

Este viernes, a las 20 horas, Ex Libris acogerá su último acto. Françoise Crespo recitará poemas de su obra «Estar, sentir i viure». La poesía escribirá el epílogo de 17 años de pasión literaria.

Dénia y la Marina Alta se quedan huérfanos de librerías. Es el signo de los nuevos tiempos. La gastronomía lo devora todo. También las inmobiliarias ocupan los locales donde antes habitaron los libros. Un dato: la comarca cuenta con 1.578 bares y restaurantes, de los que 438 están en Dénia. Los negocios gastronómicos germinan como champiñones. Mientras, el paisaje de librerías es un páramo. La cultura no hace papel ni da de comer.