La moción de censura que presentaron en el Poble Nou de Benitatxell tres ediles de Compromís, el tránsfuga del PP, Antonio Colomer, y dos concejalas independientes, una de ellas Nieves García, procesada por corrupción, ya está muerta y enterrada. Han abjurado los tres regidores valencianistas. Podía pensarse que con el voto de censura ellos eran los que más ganaban, ya que su portavoz, Miquel Garcia, se hacía con la alcaldía. Además, desbancaban a su archienemigo, el actual alcalde Josep Femenia, de Red y que, peleado con estos ediles y con el colectivo de Compromís, acabó el pasado mandato expulsado de la coalición. Pero, en realidad, los ediles valencianistas eran los que más perdían. Ir de la mano de un tránsfuga y una procesada por falsificar presuntamente pagos de obras municipales los ponía de patitas en la calle (de su partido). Su expulsión estaba cantada.

Pero los tres ediles, el citado Miquel Garcia, María Teresa Roldán y Jorge Pascual, se han bajado finalmente del burro. El pasado jueves el secretario comarcal de Compromís, Guillem Marhuenda, y el diputado Gerard Fullana se reunieron con los concejales y el colectivo del Poble Nou de Benitatxell. Y la cosa se desencalló. Al día siguiente, Miquel Garcia, en representación del colectivo y del grupo municipal, envió una carta a la dirección nacional de la coalición en la que admitía el error de tirar adelante con la moción de censura.

En la misiva, Garcia explica que dan marcha atrás y que retirarán el recurso contencioso administrativo presentado junto al tránsfuga y la edil imputada en el que sostenían que, al rechazar el secretario municipal la moción de censura (no la admitió al suscribirla un tránsfuga), se habían vulnerado sus derechos fundamentales.

Atribuía la moción de censura a la «impotencia» del colectivo local de Compromís al no alcanzar el gobierno local pese a ganar las últimas dos elecciones municipales. Calificaba al actual alcalde, Josep Femenia, de «tránsfuga» por mantener el acta de edil y los cargos tras expulsarlo en 2013 Compromís. Y le acusaba de sacar adelante acuerdos de pleno y presupuestos con la edil imputada.

Garcia reconoce que pactar con esos socios una moción de censura «no es aceptable» para su partido. Asegura que el voto de censura se paraliza ahora porque ellos dan marcha atrás. Y pide el perdón de Compromís, que les ha abierto expediente por ir por libre y hacer oídos sordos cuando se les dijo muy clarito que no era admisible que se aliaran con un expulsado del PP y la edil procesada (cometió los delitos por los que irá a juicio cuando también estaba en el PP). Los ediles, al renegar ahora de la moción de censura, dicen que no hay motivos para que su partido les expulse. «Nos hemos equivocado. No era el camino», reconocen los arrepentidos ediles.