Josefa Pons Pons es historia viva del socialismo en la Marina Alta. A sus 87 años, ocupará un cargo muy relevante en la nueva ejecutiva del PSPV de la Marina Alta que lidera el concejal de Dénia Óscar Mengual. Los socialistas de la comarca han querido que sea su presidenta honorífica. Y no hay una persona que encarne mejor los valores de la lucha por la democracia y la libertad. Josefa Pons, nacida en l´Atzúbia el 4 de febrero de 1931, milita en el PSPV de El Verger desde una fecha muy simbólica, la del 14 de abril (ese día de 1931 se proclamó la Segunda República Española) de 1976.

Republicana (acude a los mítines con el pañuelo tricolor atado al cuello) y feminista, Josefa Pons es un referente en el socialismo de la Marina Alta. Enrique Chover, quien acababa de cumplir 18 años cuando entró de edil del PSPV en el Verger (fue en 2015 y se convirtió en el concejal más joven de España), ha recuperado la historia de Josefa Pons. Esta mujer es un ejemplo para los jóvenes socialistas de la Marina Alta. Recuerda Chover que esta mujer, cuando sólo contaba 5 años, despidió a su padre ya que se iba al frente a luchar en el bando republicano. No lo volvió a ver hasta que pasaron 3 años y acabó la Guerra Civil, pero luego se lo llevaron preso, le dieron una paliza en la plaza de la iglesia de El Verger y lo encarcelaron en Pego. Josefa acompañaba todos los días a su madre a llevarle comida a la prisión.

«Los guardias nunca dejaron entrar a su madre, ya que las mujeres no podían entrar a ver a sus maridos. Por suerte, las hijas de los prisioneros sí que podían visitarlos. Pepa, con su sonrisa, le llevaba aquel plato caliente a su querido padre, para que pudiera comer algo decente y disfrutar de su compañía», rememora Chover. Tras trasladarlo a otras cárceles de Alicante, el padre de Josefa salió por fin libre.

Esa experiencia de la represión que durante la dictadura de Franco sufrió su padre marcó profundamente a esta mujer.

«Pepa, desde entonces, no cesó en su activismo político, en las ganas de cambiar las cosas y mejorar los derechos humanos y, sobre todo, en el convencimiento de que nadie debía sufrir lo mismo que sufrió ella y su familia durante su infancia y su juventud», subraya Chover.