El alcalde de Orba, Ignasi Cervera, ha querido salir al paso de las críticas de los vecinos de la urbanización Orbeta que le recriminaran que no actuara ante el «zulo» de 11 perros podencos y hurones detectado por estos residentes en el verano de 2016. Tras denunciar los residentes que, dos años después, los animales siguen en malas condiciones, el alcalde ha trasladado a este diario las actuaciones que llevaron a cabo el ayuntamiento y la Policía Local.

La denuncia la presentó el 3 de agosto de 2016 Nathalie, quien adjuntó las fotografías que constataban que los perros estaban atados con cadenas demasiado cortas y que los hurones vivían en jaulas excavadas en tierra. Esas fotografías las ha hecho ahora públicas Nathalie al denunciar que los animales siguen en malas condiciones.

El ayuntamiento inició el 19 de agosto del citado año el expediente. La policía local inspeccionó el garaje donde se hallaban los animales y constató que no estaban ya en ese lugar, sino repartidos en otros dos puntos. «Esta policía según lo observado en los dos sitios inspeccionados aconseja encarecidamente que los siete perros de calle Assagador sean trasladados a la granja por mejores condiciones sanitarias y mayor terreno», concluyeron los agentes. El propietario, según precisa el consistorio, asumió el compromiso de trasaladar a los perros y mantenerlos en condiciones óptimas.

El 24 de agosto el ayuntamiento pidió al propietario que aportara la documentación de los canes, que son podencos de caza. El dueño entregó el 2 de septiembre esos documentos, «estando todos vacunados y desparasitados según obra en el pasaporte de cada uno de los animales, si bien algunos han sido vacunados recientemente». También aportó la documentación de los hurones.

El consistorio precisa que el 7 de septiembre entró por registro el informe que realizó el Seprona el 2 de agosto, que ponía de manifiesto que «los perros estaban atados con cadenas cortas, no tienen buenas condiciones higiénicas, todos tienen acceso a agua menos uno, algunos carecen de pasaporte sanitario, algunos no están desparasitados o no se han vacunado». El informe del Seprona advierte de que en las jaulas hay tres hurones adultos y seis crías y que todos ellos «carecen de pasaporte sanitario y vacuna contra la rabia».

El ayuntamiento concluye que la situación que detectó el Seprona de hacinamiento y malas condiciones de los animales, así como de falta de vacunación y desparasitación, se había corregido. Con todo, la policía local, para cerciorarse de que así era, realizó el 23 de septiembre una nueva inspección, «en la que se comprueba que los perros están en buenas condiciones, distribuidos en dos lugares y las instalaciones están limpias».

A partir de ahí, el consistorio ya no realizó más actuaciones. Sin embargo, tras denunciar ahora Nathalie que los animales volvían a estar en «pésimas condiciones», el alcalde ordenó a la policía local una nueva inspección, según anunció el propio Cervera a este diario.

El munícipe subraya que es falso que haga la vista gorda y que la policía no actúe. Desliza incluso que esas acusaciones pueden ser constitutivas de delito. Aclara que los agentes «no pueden entrar en una propiedad privada sin autorización o del propietario o del juez».

«La policía siempre solicita al propietario su autorización para acceder a las instalaciones, esa es la única comunicación que se realiza con el propietario», aclara el consistorio en relación a las críticas de los vecinos de que antes de las inspecciones se avisaba al dueño de los animales.