El lugar de Xàbia donde vive esa población de más edad trasluce el peligro de aislamiento. Los ancianos que residen en el pueblo o el núcleo del puerto tienen más cerca los servicios sociales, el centro de salud y a sus vecinos. Pero, de los 6.618 residentes de más de 65 años, únicamente 3.427 tienen su casa en el pueblo, Duanes, el Primer Muntanyar o el Arenal. El resto, 4.366 vecinos, habitan en el Montgó y las urbanizaciones. Estos últimos son los más expuestos a ese drama que ahora está saliendo a la luz de la soledad extrema que sufren muchos ancianos. En Xàbia, hay factores añadidos. Más del doble de esas personas de más edad son de origen extranjero. No tienen, por regla general, ni arraigo ni vínculos familiares. Y dos de cada tres mayores viven en chalés apartados.

El envejecimiento galopante de la población xabienca sale a la luz en un reciente estudio demográfico realizado por el departamento de Estadística del Ayuntamiento de Xàbia. Esa cifra de 6.618 vecinos que superan los 65 años dista mucho de la de los jóvenes de menos de 16, que son 3.878. El grupo de edad más numeroso es el de entre 45 y 49 años (2.064). Pero no queda lejos el de los vecinos que ahora tienen entre 65 y 69 años (1.944). Y el grupo de vecinos de entre 75 y 79 (1.319) supera ampliamente al de los recién nacidos hasta los 4 años (1.080). La demografía apunta claramente los problemas a los que ya se enfrenta Xàbia: envejecimiento de la población e incomunicación y soledad de los ancianos.

Esa realidad estadística salió a la luz con toda crudeza en el incendio de la Granadella de 2016. Afectó a las urbanizaciones. Los servicios sociales municipales detectaron que allí vivían ancianos extranjeros desamparados, cuyo nivel adquisitivo era bastante justo y que apenas mantenían contactos sociales.