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Torres vigía peligrosas, privatizadas y en ruina

El accidente de una senderista en la Torre del Gerro de Dénia revela la falta de seguridad y el abandono de uno de los patrimonios de más valor de la Marina Alta

El muro que queda en pie del Castell de la Granadella, de principios del siglo XVIII, presenta grandes grietas; las tropas inglesas volaron esta fortificación durante la Guerra de la Independencia.

Era cuestión de tiempo. El sábado una excursionista de 49 años se dio una tremenda costalada en la torre del Gerro de Dénia. Trepaba por la pared de tres metros que hay que superar para entrar en esta torre vigía construida en 1553. En ese muro, de tanto escalar los excursionistas, se han formado salientes en los que apoyar pies y manos. Pero es peligroso. Incluso hay quien se encarama por los pisos interiores del torreón. Hay una precaria escalerilla de cuerda que lleva hasta la cubierta almenada.

El accidente del sábado revela la falta de seguridad en este monumento, que se halla en lo alto de les Rotes y en el parque natural del Montgó. No hay ningún cartel que advierta de que está prohibido entrar en la torre y tampoco ningún otro que al menos advierta del riesgo de encaramarse pared arriba. Y casi es más peligroso volver luego a bajar; los apoyos no se ven y hay que ir a tientas.

La torre del Portitxol de Xàbia, construida en 1424, está dentro de una propiedad privada. Es BIC, pero carece de régimen de visitas.

La torre del Gerro es, al menos, pública. A otras no se puede ni llegar. Es el caso de las del Portitxol y Ambolo, en Xàbia. Son privadas. También están protegidas con la figura de Bien de Interés Cultural (BIC), lo que las convierte en patrimonio de dominio público, es decir, que sus propietarios están obligados a permitir las visitas. Pero eso es la teoría. Es imposible siquiera acercarse a estos monumentos, que han quedado dentro de parcelas de chalés.

Unos excursionistas observan la pared por la que escalan quienes se cuelan en la torre del Gerro de Dénia. Hay que trepar tres metros para meterse en la fortificación litoral.

Sólo el Castell de Moraira, una fortificación de planta de pezuña de buey de 1742, se ha restaurado y sí es visitable. Acoge una muestra de la piratería y de la función de las torres vigía. Hay otro castillo de la misma época y de concepción arquitectónica similar que es una ruina total. Es el de la Granadella. Las tropas inglesas lo volaron durante la Guerra de la Independencia. Los muros que quedan en pie se caen a trozos y están agrietados.

La Marina Alta cuenta con un formidable patrimonio de torres vigía, pero urge recuperarlo.

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