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«Hay gente joven que demuestra que en Dénia sí se puede vivir de la agricultura»

El alcalde defiende la apuesta del nuevo planeamiento urbanístico por sustituir el ladrillo por la economía agroalimentaria en unas jornadas en el Mercat que «exprimen» el jugo gastronómico de las naranjas locales

Pep Romaní y sus cocineros del Pont Sec elaboran en el Mercat los platos con las naranjas. a. p. f.

Al alcalde de Dénia, Vicent Grimalt, y a su equipo de gobierno (PSPV y Compromís) le han caído chuzos de punta por el nuevo plan general estructural que protege 3.000 hectáreas de la partida del Pla con la figura de suelo no urbanizable agrícola y que aspira a superar el ladrillo y sembrar un nuevo modelo basado en la economía agroalimentaria. Pero el alcalde tiene el antídoto perfecto contra las críticas: la vitamina C. Grimalt, en un exhibición culinaria en la que el chef Pep Romaní, del Pont Sec, le sacó todo el jugo gastronómico a las naranjas del terreno, proclamó que «la industria agroalimentaria tiene futuro» en Dénia.

Las variedades de cítricos las aportaron la empresa Hort Obert, que dirige el joven empresario Quico Pastor, y la cooperativa Horta Sana, de Vicent Sastre. Se han especializado en cultivos ecológicos y de proximidad. Horta Sana cosecha sus frutas en Pego y sus hortalizas en Pedreguer.

«La clave es la proximidad. Cortamos o recolectamos el día antes de vender. Tenemos puesto en el Mercat de Dénia y también acudimos a mercados como el del Riurau de Jesús Pobre, que es de productores», explicó Quico Pastor.

La gastronomía está llamada a tirar del carro de esa agricultura de proximidad. Pep Romaní impartió ayer una lección de sabiduría culinaria. Conoce al dedillo todas las variedades de naranjas, mandarinas y pomelos. La tradición tampoco esconde para él secretos. Uno de los platos que preparó fue una ensalada de temporada. Explicó que los árabes ya sustituían en invierno los tomates por las naranjas bordes o amargas, que, hervidas o escaldadas, aportan el toque ácido que es imprescindible en las ensaladas.

«Me alegra que hoy estén aquí empresarios jóvenes que demuestran que de la agricultura sí se puede vivir», subrayó el alcalde. «Es importante perderle el miedo a la tierra». El munícipe apostó por promover los cultivos de proximidad y naturales (sin química).

Recordó que la iniciativa de Menja`t la Marina, que acabó ayer con la reivindicación de las naranjas de Dénia (y de la Marina Alta, claro está), ha difundido la calidad y las posibilidades gastronómicas del perelló de la Vall d´Ebo y la Vall d´Alcalà y las almendras de Alcalalí. «En primavera, volveremos con este proyecto. Todas las semanas descubriremos los excelentes productos que tenemos en la comarca», avanzó.

Mientras, la exposición al público del nuevo plan estructural de Dénia acabó el jueves. El alud de alegaciones que pronosticaron algunos constructores no ha llegado. Se han presentado 317, una cifra muy razonable. Además, 144 llegaron de una tacada el último día.

Está claro que ha habido toque de corneta. El lobby más reacio a que Dénia aproveche su título de Ciudad Creativa de la Gastronomía de la Unesco para escapar del urbanismo y crear un sistema agroalimentario que sea una alternativa económica pisó el acelerador y, a última hora, le dio un empujón a las alegaciones.

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