Quienes entienden afirman que los incendios del verano se apagan en invierno. Y tres cuartos de lo mismo ocurre con el agua. Las restricciones del verano se evitan con las lluvias (también con inversiones en desalación, pozos y en evitar fugas) del invierno. Pero la sequía también es pertinaz en ese oasis que es la Marina Alta. Las lluvias torrenciales del pasado invierno fueron históricas. Desde la riada de 2007, la comarca no registrabas trombas de semejante intensidad. Pero este año no cae ni gota.

Las fuentes del interior de la Marina Alta son un termómetro excelente de la situación hídrica. Hace un año el agua brotaba a chorros. Las lluvias de mediados de diciembre provocaron que las fuentes de la Vall de Laguar se desbordaran. El lavadero de la Font Grossa, situado en el inicio de la senda de los 6.873 escalones del Barranc de l´Infern, rebosaba. Ahora está seco. Y de la Font Grossa ya no sale ni una gota de agua. Vecinos de Laguar comentaron a este diario que hace un mes largo que dejó de manar. Precisaron que de las numerosas fuentes de esta montaña (la Vall de Laguar tiene un patrimonio hídrico espectacular) es siempre la primera que se agota.

Pero las otras fuentes tampoco están para tirar cohetes. De la de Benimaurell, que recoge agua de una cuenca más amplia, sale agua por sus dos de sus chorros. Pero el cae ya cadenciosa, sin fuerza. Y de la Font del Gel mana un hilillo. La sequía, incluso en estas montañas que suelen marcar altos registros pluviométricos, hace estragos.

Los ciclos de sequía y de lluvias torrenciales se suceden en periodos muy cortos de tiempo. El cambio climático acentúa los extremos. El pasado invierno fue muy húmedo en la Marina Alta. En Fontilles, en la Vall de Laguar, en tres meses (diciembre, enero y febrero) se recogieron 913,9 litros por metro cuadrado. El promedio anual en ese periodo es de 284 l/m2.

Pero de ese excedente hídrico, que recargó los acuíferos (se venía de un prolongado periodo de sequía) e hizo posible que la Marina Alta pasara el verano sin sobresaltos de suministro, se ha pasado a que, desde el episodio de precipitaciones torrenciales de agosto (fue sobre todo intenso en el litoral), no ha llovido prácticamente nada. Sin transición, la Marina Alta pasa del diluvio a la extrema sequía.