Una senderista de 30 años se dio ayer una costalada tremenda en el Montgó. Subía con dos amigas y, en la senda que lleva a la Creueta, sufrió un traspié y se precipitó de una altura de 4 metros. Cayó de espaldas y se dio un golpe muy fuerte. Quedó atrapada en un terreno abrupto y repleto de zarzas. Sus compañeras no podían llegar hasta ella. La excursionista herida, eso sí, no perdió el sentido y podía mover las piernas, pero los fuertes dolores en la espalda le impedían levantarse. Sus amigas avisaron al 112.

El accidente ocurrió pasadas las 11.30 horas. Los bomberos movilizaron en seguida el helicóptero del consorcio Alfa 1. Llegaron rápidamente. Los rescates en el Montgó -y este año ya van unos cuantos- son siempre complicados. Además, la vertiente norte, que es la de Dénia, es bastante escarpada y bajar a un herido en camilla, además de complicado, significa emplear horas y horas. Pero esta vez incluso con helicóptero fue difícil evacuar a la joven.

El grupo de rescate tuvo que utilizar todo el cable de la grúa. Descolgó 75 metros. Así el helicóptero evitaba acercarse demasiado al precipicio. Al bajar desde la aeronave, los rescatadores y el sanitario ni siquiera lo pudieron hacer en el punto exacto donde se hallaba la herida. Lo hicieron a unos cinco metros de distancia y, escalando y abriéndose camino entre las zarzas, llegaron hasta la excursionista. La estabilizaron e inmovilizaron en la camilla. Y, por fin, pudieron subirla con el cable al helicóptero. La joven, que es vecina de Dénia y bastante conocida, estaba muy dolorida. Permaneció unas tres horas atrapada en un terreno muy abrupto. Un buen síntoma fue que pudiera mover las piernas.

El helicóptero la llevó hasta el parque de bomberos de Dénia, donde esperaba una ambulancia del SAMU.

Los rescates en parajes de montaña de la Marina Alta son el pan nuestro de cada día. El helicóptero se desplaza a esta comarca dos o tres veces por semana para evacuar a heridos.