Los hoteles de 4 y 5 estrellas tienen licencia en Calp para crecer hasta el cielo. Pero hay truco. Un informe que el grupo municipal de Compromís ha encargado a un abogado experto en urbanismo revela que el gigante de 30 plantas que le saca una cabeza a todas las otras torres del skyline calpino tiene 13 alturas de más. Las ha ganado, precisa el informe, enmascarando como elementos comunes un complejo comercial, el spa, las piscinas interiores o los bares y restaurantes. El experto llega a afirmar que las licencias que otorgó el ayuntamiento para este hotel, inaugurado el pasado mes de mayo, «van en contra del ordenamiento jurídico urbanístico» y «han dado como resultado un edificio que se percibe de volumen desaforado».

El informe incide en que el truco para ganar edificabilidad y altura ha consistido en autorizar 12.067 metros cuadrados de techo de más, «lo que supone unas 13 plantas tipo de exceso». El ayuntamiento, según el planteamiento que hace este abogado, dio todas las ventajas urbanísticas que establece el PGOU para los hoteles a un proyecto que incluye una zona «exclusivamente comercial». «Además, la administración considera zona común todo aquello del edificio que no sean habitaciones». Así, las salas de reuniones, los gimnasios o el spa no computan a la hora de calcular la edificabilidad.

El portavoz de Compromís, Ximo Perles, puso ayer un ejemplo muy gráfico: «Si un hotelero quiere levantar diez plantas más destinándolas a un palacio de congresos, puede hacerlo. Debemos acabar con la barra libre de los elementos comunes porque ahora mismo el ayuntamiento no tiene ningún control sobre el urbanismo».

Su compañero, Carlos Ortín, que explicó que se decidieron a pedir el informe por el «revuelo social» y el «impacto visual» del nuevo hotel, dejó claro que en las licencias no han observado «ningún indicio de negligencia» de los técnicos. Los dos ediles de Compromís, de hecho, subrayaron que lo que hay es una interpretación errónea (y, a la vista del informe, también contraria a derecho) de qué son zonas comunes. Coincidieron en que plantear ahora un contencioso contra el hotel no llevaría a ningún sitio, ya que cuenta con todos los permisos municipales y lo que puede pasar es que, si al final hay que derruir el exceso de edificabilidad, al ayuntamiento le toque pagar una millonada en indemnizaciones.

Pero los valencianistas sí creen que urge cerrar este resquicio. Perles avanzó que ha pedido una reunión con el alcalde, César Sánchez, y la edil de Urbanismo, Ana Sala, ambos del PP, y con los técnicos municipales. «Debemos fijar unos criterios claros de las zonas comunes», insistió.

Los dos ediles advirtieron, además, de que hay otros proyectos de hoteles de cuatro y cinco estrellas que pueden seguir esa vía de ganar altura sin límite. Uno de los proyectos que ahora podría retomarse es el de construir un hotel de 27 plantas en primera línea de la playa de la Fossa.