«Hoy es un día histórico para Beniarbeig». El director del colegio Benicadim, Vicent Molines, compartía ayer el entusiasmo de profesores y padres. Han luchado durante más de una década por un centro educativo en condiciones. Unos 160 alumnos estrenaron ayer el nuevo CEIP Benicadim. Los escolares casi se frotaban los ojos. Y no porque al ser el primer día de clase tuvieran sueño. El nuevo centro es amplio, luminoso y moderno. Las estrecheces y la precariedad del viejo colegio, a las que los maestros y padres hacían frente con mucha voluntad e imaginación (en 2012 pintaron de vivos colores los desconchones del patio), quedan atrás.

«La construcción del nuevo centro es un hito. Tiene trascendencia en la formación de los niños y niñas de este municipio y en la evolución educativa, social y cultural del pueblo», destacó el director.

El viejo colegio, construido hace 51 años, se había quedado pequeñísimo. De hecho, ya en 2007, la conselleria de Educación se comprometió a acelerar al máximo la construcción de una nueva escuela. Pero pasaban los años y el antiguo Benicadim acogía cada vez a más y más alumnos. Contaba con tres barracones y dos aseos también en módulos prefabricados. Las cuatro antiguas casas de los maestros se habían habilitado como aulas. Se ganaba espacio de donde fuera. Pero el colegio no daba más de sí. No se podía reformar ni ampliar. El comedor, que también se usaba como aula de música, tenía un pilar en medio. El director, el jefe de estudios y el secretario compartían un despacho de 13 metros cuadrados, la misma superficie que tenía la angosta sala de profesores.

La Asociación de Madres y Padres de Alumnos hasta cogió las brochas para pintar de color la «gris realidad» del centro. Taparon desconchones. Pero la estrechez no se arregla con pintura. El colegio se llegó a desalojar en un episodio de lluvias torrenciales ya que el agua entraba a chorros en las aulas.

La conselleria de Educación de Vicent Marzal vio claro que urgía construir la nueva escuela. El acta de replanteo se firmó el 7 de julio de 2016. Las obras subían a 3,3 millones de euros y debían acabarse en un año. El nuevo Benicadim está listo para este inicio de curso. Ayer todavía se estaban realizando algunos pequeños retoques. Esos trabajos no interfirieron en la entrada en las aulas de los alumnos, encantados de estrenar cole.

La nueva escuela tiene amplias y luminosas clases. Los alumnos de Beniarbeig disponen, por fin, de gimnasio, de aulas polivalentes y de usos múltiples, de biblioteca o de clases para grupos reducidos. El nuevo comedor da a un patio con sombra en el que ayer algunos escolares comían la mar de frescos.

Los profesores también se olvidan de las apreturas. Director, jefe de estudios y secretario ocupan cada uno su despacho. «Ahora que tenemos una instalación de calidad, nosotros también debemos innovar con un proyecto pedagógico ambicioso», avanzó Vicent Molines.