La Cova Tallada triunfa en las redes sociales. Los turistas quieren hacerse allí la foto. No les importa ni la caminata (la senda tiene algunos tramos peligrosos) ni la dificultad de entrar en la cueva. Tan escarpado es el acceso que hay que agarrarse fuerte con las dos manos a una cornisa de piedra. La Marina Alta está salpicada de parajes con encanto. Pero esta gruta marina se lleva la palma. A los turistas les fascina. Buscan allí la foto del verano.

Las redes sociales han puesto en el mapa la Cova Tallada. Las fotos vuelan. El contrapunto de tanta difusión es que la cueva se masifica. En la senda, hay, por momentos, atascos de excursionistas que vienen y van. El pasado verano ya se llenó de senderistas y de visitantes que llegaban en kayak.

Los Ayuntamientos de Xàbia y Dénia (la cueva está en Xàbia pero la principal senda de acceso parte de les Rotes de Dénia) y el parque natural del Montgó anunciaron medidas para evitar que esta gruta se asemejara a una boca de metro en hora punta. Pero los turistas siguen llegando en tropel.

En un día como el de ayer, en el que había marejada y fuertes corrientes y entrar en la cueva era más complicado de lo que ya lo es cuando el mar está en calma, los bañistas no se arredraban. Nadie quiere volver a casa sin inmortalizar su paso por la Cova Tallada. Además, han descubierto un nuevo acceso. Una especie de puerta de atrás. Pasan de largo la cueva y se meten al mar por un tramo de poca profundidad hasta llegar al islote situado justo delante de la cueva. Ese islote, por lo atestado que está, se ha convertido casi en una playa.

Esta cueva, que debe su peculiar arquitectura de piedra a que fue la cantera de la que se sacó la piedra tosca de la iglesia de Xàbia (la gruta está «tallada» a cincel y martillo), es territorio de selfis. Hace furor entre los turistas. La masificación, alentada por el tirón en las redes sociales, es ya un hecho.