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El Oceanogràfic pone el ojo en la biodiversidad marina de Xàbia

La fundación de la institución desarrolla en el municipio un programa pionero para difundir el valor medioambiental de los fondos marinos

Parte del equipo en una de las embarcaciones. información

La riqueza medioambiental de un territorio no sólo se mide por aquello que pueden ver los ojos. La biodiversidad de los fondos marinos puede ser casi más importante que lo de la superficie pero, además puede ser determinante en el desarrollo social o cultural de un pueblo. Eso es precisamente lo que la Fundación Oceanogràfic quiere difundir: el valor de las comunidades marinas de un litoral.

Para ello ha puesto en marcha un proyecto piloto que tiene como epicentro el municipio de Xàbia. Los trabajos comprenden dos fases principales, según explicó a este diario el director del proyecto Francisco Torner. La primera de investigación y la segunda de interpretación. En total, dos años de estudios para que los resultados logrados en el municipio sirvan para «extrapolarlos» a otras poblaciones del litoral con las mismas condiciones. El Oceanogràfic cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Xàbia y la Agencia Valenciana de Turismo (AVT).

«Vamos a medir el valor de la biodiversidad de Xàbia», es decir, conocer el patrimonio sumergido que tiene esta parte del litoral y cómo afecta a la población que tiene enfrente. «Puedes conservar tu patrimonio porque te resulta atractivo pero también porque sabes que tus actividades sociales o de ocio dependen de él», indicó Torner.

En definitiva, lo que pretende el proyecto es hacer llegar a la sociedad que los que ocurre en el fondo marino afecta a sus actividaes diarias o de ocio: «vamos a fijar por primera vez la biodiversidad marina y el paisaje que configura como patrimonio y capital natural capaz de canalizar un turismo sostenible», añadió.

¿Y cómo se va a hacer? Pues intentando transmitir a todos los agentes del municipio las conclusiones de este estudio además de implicarles en la conservación, seguimiento y control de la diversidad marina.

Para ello, se ha iniciado ya la parte de investigación. Desde el pasado mes de marzo se están realizando muestreos en los fondos marinos para conocer cuál es el estado actual de las comunidades biológicas formadas por poseidonia oceánica, entre otras especies. De esta parte se encarga el biólogo y buzo Alejo Muruaga quien explicó a este diario que la metodología para esta fase consiste en la colocación de 35 estaciones de muestro desde el Cabo de Sat Antoni hasta la playa de El Portet de Moraria.

De todas ellas finalmente se han seleccionado unas 15 de las que se obtendrán imágenes que recojan el estado de esas «praderas marinas», respetendo en todo momento el medio natural; o lo que es lo mismo, «no se obtendrán muestras sino que se hará todo por medio de fotografías», indicó Muruaga. Esa fase se quedó en «stand-by» cuando comenzó el verano y se retomará cuando termine la temporada para ver también cómo ha afectado la actividad de estos meses.

Interpretar los datos

Con esos datos se pasa a la siguiente fase: la de interpretación de la que se encarga Pepa Ferrando. En esta parte, la intención es convertir todos los datos científicos recogidos, no sólo los del fondo marino sino también los históricos, y reinterpretarlos de tal modo que puedan ser entendidos por todos. Como una traducción de lenguaje científico a cotidiano.

Concienciación

En esta fase del proyecto se elaborarán acciones para llegar a todos los implicados. «Vamos a hacer exposiciones, documentales o coloquios en los colegios entre otras muchas actividades», indicó Ferrando. Todo para trasladar, «creando una historia con todos los datos recabados», el valor que aporta la biodiversidad marina al bienestar de las personas y la obtención servicios como la provisión de alimentos, recursos hídricos, depuración de aguas y aire, entre otros.

Este proyecto tendrá una duración total de dos años. A partir de todo el trabajo se elaborará una memoria final en la que se incluirán recomendaciones para preservar toda la riqueza del litoral. La intención es traladar esas ideas a las administraciones locales, autonómicas y nacionales para que las usen como base para planes futuros de gestión ambiental así como para la identificación de la participación ciudadana como vertebradora de propuestas.

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