La serpiente multicolor está de luto. Unos trescientos ciclistas de los clubes de la Marina Alta acompañaron ayer el féretro de Alejandro Jaén Ginestar, el joven de 32 años de Senija que murió el domingo arrollado en la N-332 en Oliva por el coche que conducía un chaval de 25 años que dio positivo en cocaína, marihuana y anfetaminas.

El pelotón rodó tras el coche fúnebre desde el tanatorio de Benissa a la iglesia de Senija. Fueron dos kilómetros de dolor y silencio. Ya es la tercera vez que los ciclistas pedalean para rendir homenaje a compañeros de la Marina Alta que se han dejado la vida en ese mismo tramo de carretera.

Un acto idéntico se vivió en los funerales de los corredores de Xàbia Eduardo Monfort Gasent y José Antonio Albi, ambos de 28 años. Mientras, a Luis Alberto Contreras, de 53 años, el tercer ciclista de Xàbia que murió cuando una conductora ebria y drogada los arrolló (otros dos compañeros siguen hospitalizados), los deportistas le hicieron un pasillo de bicicletas a la entrada del cementerio.

El periodista Vicent Ivars rinde homenaje al ciclista fallecido con esta viñeta.

«Lo que ha ocurrido no son accidentes, ni casualidades», indicó a este diario un ciclista del club de Pedreguer. Andreu, que pertenece al TriLlebeig de Xàbia (de este club también eran los tres xabiencs fallecidos), calificó de «incomprensible» que los domingos por la mañana, cuando se sabe que los conductores que vienen de fiesta circulan por este tramo de Oliva de la N-332, no se hagan allí controles policiales. «Hay guardias civiles que son de nuestro club y tampoco se lo explican», afirmó. La recta donde han ocurrido los dos atropellos con cuatro muertos y dos heridos graves tiene un amplio arcén y bastante visibilidad. Pero en poco más de un mes se ha convertido en el punto más negro para los ciclistas. Incluso Alejandro Jaén la esquivaba.

«Sí, salimos el club ciclista de Benissa el 24 de mayo y vino él. Fuimos a Cullera y evitamos ese tramo porque había ocurrido el atropello de los ciclistas de Xàbia», explicó ayer Moisés, del club benissenc. «Vicente, el padre de Alejandro, no se merece esto. Ha dedicado su vida al ciclismo, a entrenar a los niños. Lo que le ha pasado es muy injusto», indicó también Moisés.

Alejandro estaba casado con Esther Ivars y tenía un hijo de cuatro años. Su viuda, al salir del tanatorio, dio las gracias a los ciclistas que acudieron a rendir homenaje a este apasionado de la biclicleta. Los corredores aplaudieron la entereza de la joven. Al funeral, oficiado en la iglesia de Senija, acudieron más de mil personas. El ciclismo y la Marina Alta están otra vez de luto.

Dos días antes de que se celebre la cumbre de seguridad vial enfocada a ciclistas que convocó el presidente Ximo Puig el domingo, el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, encabezará hoy una reunión similar en Oliva. Se trata de una Junta Extraordinaria sobre Seguridad Vial y Protección a Ciclistas a la que han sido convocados los municipios de la Safor y la Marina Alta por los que discurre la carretera donde se han registrado los siniestros.