Andrés Contreras no recuerda nada del accidente en el que murieron su padre, Luis Alberto, de 53 años, y sus dos compañeros ciclistas Eduardo Monfort Gasent y José Antonio Albi, ambos de 28. «Mis últimas imágenes son de la noche anterior. Pero de esa mañana no recuerdo nada», afirma en la habitación del hospital de Alzira en la que se recupera de las graves lesiones que le ocasionó el coche que, conducido por una conductora ebria y drogada, arrolló en Oliva hace hoy justo un mes a su grupeta ciclista. «Mi madre me ha contado que mi padre me convenció de llevar el casco de triatlón, que es más duro, y que él mismo me lo ajustó bien. Gracias al casco estoy hoy vivo», afirma.

Este ciclista de 26 años, que, junto a Scott Gordon, ingresado en Dénia y que evoluciona bien, sufrió heridas graves en el atropello en el que murieron su padre y dos de sus compañeros, no sabe ni cuantos huesos tiene rotos en piernas, brazos, costillas y cara. También sufrió una perforación de pulmón. Hace una semana que salió de la UCI. Los médicos le han dicho que en 15 días ha mejorado lo que ellos presumían que tardaría un mes. Andrés es todo determinación. «Voy a salir adelante por mi padre y por mis compañeros. Me planteo la recuperación como un triatlón de larga distancia. Va a ser duro, pero lo voy a conseguir», asegura.

Su madre, Fátima, explica que los psicólogos del hospital le aconsejaron que le revelara poco a poco la brutalidad del accidente. Al principio, le comentaron que se había caído de la bici. No le dejaban ni ver la tele ni conectarse a internet.

«Ha sido duro. Ahora ya lo he asumido. Por esa carretera pasan cada domingo entre 300 y 400 ciclistas. Nos tocó a nosotros. Voy a tirar para delante. Y espero que esta tragedia sirva para concienciar a los conductores y que nunca vuelva a ocurrir nada igual», advierte Andrés.

Sorprende su entereza. Ha perdido muchísimo peso. Los primeros ejercicios de movilidad que empieza a hacer le causan un gran dolor. Pero este joven tiene esa voluntad de hierro que forjan el triatlón y el ciclismo. «Los primeros días tras salir del coma estaba muy intranquilo. Me intentaba tocar las piernas y no las sentía», indica. «Ahora estoy decidido a luchar para recuperarme. Y sí, voy a volver a montar en bici. Al principio me dará miedo la carretera, pero el ciclismo lo he vivido desde pequeño. Mi padre era un apasionado de este deporte».

De hecho, el fin de semana anterior al del accidente Andrés participó con su progenitor en la marcha que organiza Alberto Contador en Oliva.

El joven, al que en los próximos días trasladarán al hospital de Aigües Vives para que realice allí la rehabilitación, insiste en que espera que, de ahora en adelante, los conductores se conciencien. «Este golpe ha sido muy duro. Cuando alguien sale de fiesta, debe hacerse a la idea de coger luego un taxi y no conducir porque es muy peligroso. Los conductores también deben tener más paciencia con los ciclistas y guardar las distancias de seguridad».

Andrés no muestra rencor hacia la conductora de 28 años que, tras una noche de fiesta, los arrolló. La chica dio positivo en alcohol (casi cuadruplicaba la tasa permitida) y en cocaína. «No tengo ningún mensaje que enviarle. ¿Qué le voy a decir? Ya tiene bastante con saber lo que hizo».

El ciclista destaca las muestras de apoyo que está recibiendo. Hasta Emilio Butragueño le ha enviado un mensaje de ánimo. En cambio, la familia de la conductora no se ha puesto en contacto para nada con ellos.