Las abejas melíferas son un eslabón esencial en la biodiversidad. Sin ellas, el equilibrio se rompe. Fundem apuesta por la apis mellifera. La fundación que preside Enrique Montoliu ha fabricado e instalado en el Jardí de l'Albarda de Pedreguer una colmena acristalada en la que viven unas veinte mil abejas. «Son tan esenciales en tierra como el plancton lo es en el mar», explicó el domingo el propio Montoliu en el acto de inauguración de ese panal en el que la vida de estos insectos está a la vista de todos. La colmena la ha construido Casemiro Sisto y se hará cargo de ella el experto apicultor Álvaro Server. Los dos explicaron lo importante que son las abejas en la polinización.

De hecho, Montoliu también subrayó que ese ejército de veinte mil abejas ayudará a mantener la biodiversidad del entorno en el que se halla el Jardí de l'Albarda. Está junto al parque natural del Montgó, donde siempre ha existido una actividad de apicultura que ahora declina.

Numerosos visitantes acudieron al Jardí de l'Albarda a admirar la colmena. También irán colegios e institutos. Estuvo el alcalde de Pedreguer, Sergi Ferrús. Montoliu lamentó que de la conselleria de Medio Ambiente no fuera nadie.