El desalojo es inminente. En la mañana de ayer, varias patrullas de la Policía Local de Dénia acudieron a la finca que quedó sin acabar en la calle La Vía (se hicieron los sótanos y algo de la estructura, pero nada más) y avisaron a los indigentes que la han convertido en su precario hogar de que deben hacer las maletas y marcharse como máximo en cinco días. Este diario habló a mediodía de ayer con los sintecho. «No tenemos a donde ir», indicó uno de los huéspedes de esta céntrica estructura que se ha convertido en refugio de indigentes.

n la actualidad, viven allí de forma permanente unas cinco personas. Han montando una suerte de campamento. Han colocado telas de plástico para tener un poco de intimidad y que los transeúntes no los vean desde la calle. Y con colchones se han hecho camastros. «Ahora mismo aquí tengo una cama. Si me echan, me quedo sin nada. Me tocaría dormir en un banco», dijo el mismo sintecho.

Los indigentes, que en su mayoría han llegado a Dénia desde países del Este de Europa, se sorprendieron ayer del despliegue policial. Aseguraron que acudieron varias patrullas pero que ellos no hacen nada malo