Xàbia despidió en la mañana de ayer a Alberto Contreras, de 53 años, ciclista que junto a Eduardo Monfort, de 28, murió arrollado en Oliva por una conductora ebria y drogada que ya está en prisión. El funeral tuvo lugar en el tanatorio. Acudieron cientos de vecinos.

Familiares y amigos sostenían prácticamente en pie a la desconsolada viuda, Fátima. Su hijo Andrés, que también iba en el grupo de seis corredores embestido brutalmente, sigue, como los otros dos heridos, grave y hospitalizado en la UCI. Al sepelio de Alberto asistieron sus amigos y compañeros de rutas del club ciclista Xàbia y del TriLlebeig.

Varios ciclistas quisieron rendir homenaje a este gran aficionado a la bicicleta que, aunque de origen venezolano, se había integrado perfectamente en Xàbia y era muy querido. Los ciclistas le hicieron un pasillo al féretro.

El pueblo sigue conmocionado. El lunes enterró a Edu Monfort. El funeral, oficiado en la iglesia de Sant Bertomeu se convirtió en una gran expresión de dolor. Más de 500 ciclistas acompañaron al coche fúnebre.

Mientras, los tres heridos siguen luchando por su vida. La mujer de Scott Gordon, quien está ingresado en el hospital de Dénia, acudió ayer al funeral de Alberto Contreras. Comentó que su marido tiene múltiples fracturas, algunas abiertas, en brazos y piernas. Le operaron durante más de seis horas cuatro traumatólogos. Está en coma inducido. Le han transfundido 23 litros de sangre. La pareja tiene dos hijas pequeñas.

Andrés Contreras permanece en la UCI del hospital de Alzira. Tiene tres hematomas en la cabeza y daños en los pulmones. Y José Antonio Albi, de 28 años, sigue muy grave en el hospital La Fe de Valencia. Le operaron del traumatismo craneal al bajarle la presión neuronal.

Por otra parte, cuando aún se está tratando de digerir la tragedia, se conoce un nuevo caso de la peligrosa mezcla que puede suponer el consumo de alcohol y drogas con la conducción.

Un hombre de 41 años y vecino de Simat de la Valldigna fue detenido la tarde del pasado lunes por conducir durante 21 kilómetros en sentido contrario por la autopista AP-7 entre las localidades valencianas de Silla y Tavernes de la Valldigna. Por suerte, y gracias a la rápida actuación de la Guardia Civil, no hubo que lamentar accidentes.