La histórica Casa Abadía de Forna amenaza con venirse abajo. Está en plena plaza del pueblo. Los vecinos miran sus agrietados muros con inquietud. Temen que se desmoronen antes de que la Diputación de Alicante se decida a retomar las obras de restauración, paralizadas desde octubre.

Los trabajos fueron vistos y no vistos. El organismo provincial colocó el cartel que indicaba que subían a 140.000 euros y que se terminarían este mes de junio. Eso fue en septiembre, al comenzar la empresa contratada por la diputación, Symetra, la demolición del tejado y de los tabiques interiores. También valló el inmueble y apuntaló una pequeña cueva que está en su subsuelo y que antes era visitable. Pero paralizó las obras apenas un mes después de iniciarlas. Y ya no se ha movido una piedra ni se ha visto por allí a un obrero.

Al parecer surgieron problemas técnicos y la mercantil pidió un modificado del proyecto. En esa discusión llevan la diputación y la empresa ya ocho meses. Y la Casa Abadía cada día que pasa está más tocada.

El Ayuntamiento de l´Atzúbia-Forna lleva desde entonces reclamando a la diputación que reanude las obras. Ayer exigió «una actuación urgente» de la entidad provincial «para exigir a la empresa constructora el inicio inmediato de los trabajos».

Las lluvias torrenciales del invierno y los temporales de viento han deteriorado las cuatro paredes que quedan en pie de la Casa Abadía, un edificio del siglo XVIII que conserva en su fachada tres valiosos relojes de sol (uno de ellos tiene una inscripción latina).

Su restauración debería estar en la recta final. Pero ni se ha iniciado. El consistorio ya batalló lo suyo para que el Arzobispado de València le entregara la Casa Abadía. El proyecto de habilitarla como edificio municipal suplía la falta de dotaciones públicas en el núcleo de Forna. En

Al paralizar las obras y amenazar el edificio con venirse abajo, los vecinos tampoco pueden utilizar la fuente de la plaza, que está colindante a la Casa Abadía. Desde octubre, está vallada.

El proyecto consiste en crear unas modernas oficinas municipales. El interior se transformaría, pero no así el exterior del emblemático inmueble. Estaba previsto restaurar su fachada y los tres relojes de sol. Pero el «tempus fugit» para la Casa Abadía de Forna. Si las obras no se retoman pronto, este edificio situado en el corazón de este pequeño pueblo ya no aguantará muchos temporales más.