«Una piedra». Eso era para la propietaria la cruz del término que fue adquirida por el Ayuntamiento de Oliva según el hombre que ha sido denunciado por su presunto robo. Este vecino de Dénia, con quien ayer habló este periódico, niega que sea anticuario, y se declara simplemente como una persona interesada en cuestiones históricas y de patrimonio. Reconoce que se llevó este capitel a su casa, que contactó con el arqueólogo municipal de Dénia para que estudiara su valor histórico y que junto a la tienda L´Antiga Dénia gestionó la venta al Ayuntamiento de Oliva y recibió una cantidad de dinero. Pero niega que la robara a su dueña, Elisa Gilabert, como esta misma señala en la querella que ha presentado ante un juzgado de Gandia. Según la versión del hombre, la mujer desconocía el valor del capitel y su procedencia, y no tenía interés por conservarlo. Sostiene que se lo pidió y ella accedió a que se lo llevara.