El pasado 2 de marzo Iván Pascual, vecino de la pedanía ilicitana de La Marina y un enamorado de la bicicleta, fue atropellado por un vehículo cuando circulaba en el camino del Canal, en sentido a Guardamar del Segura. Eran cerca de las 13 30 horas y el conductor o la conductora se dio a la fuga.

Iván no vio qué vehículo le arrolló. Ni marca, ni modelo, ni color. Se vio ya en el suelo, malherido, sin poder creérselo, sin ser consciente del alcance de lo sucedido. Dos meses después, trata de recuperarse de sus policontusiones: tres vértebras dorsales afectadas, así como otra cervical, además de tres costillas rotas y algún que otro diente que ha perdido. Por si fuera poco, ha tenido que someterse a cirugía plástica por la nariz y un labio partidos. Ocho días estuvo ingresado.

«Esto es una barbaridad, es una locura», señala al reflexionar sobre el accidente de este pasado fin de semana. «El Gobierno o quien proceda debe de cortarlo ya. Las autoridades tiene que tomar cartas en el asunto. Son necesarias campañas como las que hace la DGT», expone el afectado.

Sensibilizados por lo ocurrido, amigos e incluso gente que no ha tratado mucho con él, pero cuya historia sí le ha llegado al alma, reaccionaron con su caso de distinto modo, con detalles aparentemente insignificantes, pero que han terminado por conformar una campaña de concienciación con un doble objetivo.

Por un lado, dar a conocer el caso de Iván para sensibilizar de cara a evitar o reducir los atropellos a ciclistas en las carreteras españolas. Por otro, instar a quien supiera algo del accidente a que aporte cualquier dato a la Guardia Civil, en el 062.

La iniciativa arrancó por parte de unos amigos de Iván con los que mantiene contacto a nivel nacional al unirles su gusto por el baloncesto. A través de las redes sociales empezaron a reaccionar ante su caso y los mensajes de apoyo, mientras él estaba en la UCI, han ido lloviéndole desde entonces. Incluso de Anna González, esposa de un ciclista fallecido en 2013 y que hace dos meses entregó en el Congreso de los Diputados 200.000 firmas para pedir la reforma de la ley con el fin de evitar muertes impunes en las carreteras.

«Dentro de la tragedia, que se difunda el respeto al ciclista», expone Ana Pérez, su pareja, quien ha venido sufriendo junto a él todos estos días desde el minuto en que Iván le llamó diciéndole que había sufrido un accidente, que un vehículo lo había golpeado y de forma cobarde había huido sin prestar socorro.

La historia de Iván llegó hasta Luca Martidany, un publicista y fotógrafo que años atrás tenía una agencia de publicidad en Alicante, aunque es de Madrid. «No los conocía -refiriéndose a Iván y Ana-, pero la semana pasada mi amigo Juan de La Marina me comentó que tenía un conocido que le había ocurrido esto. Fuimos a conocer a Iván y le propuse hacer una minicampaña», relata este creador.

El resultado: una impactante imagen, digna de cualquier campaña de la Dirección General de Tráfico, sencilla, directa y de cuidada estética. En la misma se recuerda mantener la distancia mínima de un metro entre vehículos y ciclistas, al tiempo que se relata de forma breve el caso de Iván y el hecho de que se busca a la persona que iba al volante aquel jueves sobre las 13.30 horas.

En apenas 48 ahoras, la campaña, que también cuenta con una página web impulsada por otras amistades, cogió, gracias a esta fotografía más fuerza si cabe, y en La Marina la están secundando y compartiendo de forma sorprendente, al igual que el fotógrafo desde Madrid.

Iván y Ana piensan ahora más que nada en que esta campaña sirva para que ninguna persona tenga que padecer lo que ellos han vivido ni tampoco lo. Mientras tanto la Guardia Civil continúa investigando.

«Para mí es un asesinato. Lo que me pasó a mí no fue un accidente», apunta sin dejar de lamentar la gravedad de los hechos ocurridos en Oliva.