La primera medida para evitar que la senda que lleva a la Cova Tallada se convierta en un río de excursionistas ya toma cuerpo. El parque del Montgó (esta gruta marina pertenece a este paraje) instalará una caseta informativa en el inicio de la senda. El lugar todavía está por decidir. Pero probablemente se situará en la entrada desde la calle Vía Láctea, en les Rotes de Dénia, que es donde arranca el camino que lleva a la Cova Tallada. Es la ruta más utilizada (hay otra que baja desde la Plana de Xàbia). La caseta permitirá al personal del parque evitar la masificación. No se llegará, de momento, al extremo del Penyal d'Ifac de Calp, donde en periodos como el de las vacaciones de Pascua y Semana Santa se limita el acceso al parque natural.

Ese control se hace imprescindible. Y no sólo para evitar avalanchas de visitantes como las del pasado verano. También hay turistas que no saben a lo que se enfrentan. Cargan incluso neveras de bebidas y a menudo ni siquiera llevan un calzado adecuado para la montaña. En la caseta, también se podrá avisar de si el oleaje impide entrar a la cueva.

El nuevo director del Montgó, Joseba Rodríguez, está dispuesto a atajar los problemas de la Cova Tallada, una cavidad que pertenece a Xàbia y que está en trámites de declararse Bien de Interés Cultural (BIC). Esta cueva tiene gran interés arqueológico (hace poco se halló un candil de piquera andalusí datado en el siglo XI) y debe su especial configuración a que fue la cantera de la que se extrajo la piedra tosca de la iglesia gótica de Xàbia.

Rodríguez hizo ayer la ruta hasta la cavidad junto a los concejales de Medio Ambiente de Xàbia y Dénia, Doris Courcelles y Josep Crespo. También les acompañaron el coordinador ambiental Marino y de Pesca, Toni Martínez (vigila la reserva marina del cabo de Sant Antoni), el arqueólogo de Xàbia, Joaquim Bolufer, agentes medioambientales, bomberos y responsables de empresas de turismo activo.

Recorrieron la cueva para conocer los puntos más peligrosos. Ahí se realizarán mejoras para reducir los riesgos y también se instalarán señales que los identifiquen.

El pasado verano la afluencia fue masiva. Y no solo por tierra. También llegaban turistas en kayak. La policía local de Dénia más de una vez tuvo que desalojar a usuarios de motos de agua. Además, día sí y día también, se accidentaban excursionistas y los bomberos acudían a rescatarlos.