El Ayuntamiento de Dénia quiere liberar sus conventos de las normas de la clausura. Es una forma de hablar. El gobierno local (PSPV y Compromís) lo que persigue es dotar a los cenobios de las Agustinas, de Sant Antoni y del Pare Pere (este último está en Jesús Pobre) de la máxima protección patrimonial posible y, al mismo tiempo, garantizar que tengan un régimen de visitas. Y la figura idónea es la de Bien de Interés Cultural, dado que obliga a que incluso los bienes privados sean accesibles al público. Dos de los tres conventos de Dénia, los de las Agustinas y Sant Antoni, mantienen el uso religioso. Mientras, el de Jesús Pobre es de propiedad privada y está cerrado a cal y canto.

El consistorio no tramitará las declaraciones de BIC de una tacada. Comenzará por el convento de Nuestra Señora del Loreto o de las Agustinas Recoletas. Se terminó de construir en 1604 y el rey Felipe III asistió a la primera misa. El alcalde, Vicent Grimalt, llevará al próximo pleno una moción que solicita a la conselleria de Cultura el inicio del expediente de BIC. Deberán emitir informe favorable el Consell Valencià de Cultura, la Universitat de València y la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos.

El segundo cenobio para el que se pedirá la declaración de BIC será el convento hospicio de Jesús Pobre, fundado en 1642 por el Pare Pere. Y luego se seguirá el mismo camino con el convento de Sant Antoni, fundado en 1587 a instancias del Consejo de la Villa.

El ayuntamiento quiere ejercer un control más directo sobre estos bienes patrimoniales y también abrir la vía para que los propietarios de estos monumentos obtengan subvenciones para conservarlos y restaurarlos.

En Dénia, hay, en la actualidad, seis Bienes de Interés Cultural, que son la casa forta de Benitzaina, el castillo y las murallas, la ermita de Sant Joan y las torres vigía de la Almadrava, Torrecarrals y del Gerro. El pacto de PSPV y Compromís preservará también el patrimonio monacal.