? La aventura de mantener el negocio creado, una tienda de decoración en la calle Juan Carlos I de Elda, fue finalmente un «calvario financiero» que terminó con el cierre de la persiana para siempre. Fernando Javier achaca la mala suerte que corrió su establecimiento a la intervención de los bancos. Relata que «entraban clientes, compraban y podíamos sacar para vivir, pero el pago a los bancos era demasiado grande».Seis años se mantuvo abierto el comercio soportando los altos interés del préstamos de unos 70.000 euros que se firmó para montarlo. Fernando afirma ahora que «el negocio se cerró por culpa de los bancos, que aplicaron toda una serie de clausulas y productos financieros para que el pago de interés fuese más alto».