El cielo se les vino encima. La propietaria de una casa de Pego y su hijo se llevaron ayer un susto de aúpa cuando se derrumbó el techo de su vivienda, situada en la céntrica calle Ramón y Cajal, con ellos dentro. La dueña, de unos 70 años, es suiza, pero hace más de veinte años que vive en esta casa centenaria de Pego. Su hijo, de unos 30 años, explicó a este diario que escucharon «un gran ruido» y cuando ambos salieron a la zona de la escalinata vieron que la cubierta se había hundido y que «el agua corría escaleras abajo». «Sí, nos hemos llevado un gran susto. Pero estamos bien», dijo el joven.

El derrumbe ocurrió pasadas las 16 horas. Los bomberos lo atribuyeron a la acumulación de agua en la azotea. Los desagües estaban cegados. Y cayó una intensa tromba de agua. El techo no pudo soportar el peso y se vino abajo. La vivienda, aunque antigua, está restaurada. Sin embargo, las vigas de la cubierta tenían ya sus años. Los escombros cayeron sobre el segundo piso, que era en el que estaban madre e hijo, que resultaron ilesos. Ambos salieron por su propio pie.

La Guardia Civil y la Policía Local precintaron la calle y desalojaron los dos edificios paredaños al que sufrió el derrumbe. Uno es la sede municipal de Servicios Sociales, donde no había nadie, y el otro acoge el conocido restaurante L'Om. Los bomberos fueron los primeros en inspeccionar el estropicio. Luego acudió el constructor, así como el arquitecto municipal. Sobre las 18 horas ya se reabrió la calle. Las viviendas contiguas no habían sufrido daños. Mientras, varios obreros retiraron los escombros caídos en el segundo piso, cuyo suelo sufrió también daños. Así se aligeró esta planta del peso de los cascotes.

La propietaria y su hijo no pudieron regresar anoche a casa. Su vivienda es una de las de más valor arquitectónico del centro de Pego. Su techo no ha podido soportar las intensas lluvias de este invierno.