­Pedro García fue el jueves al pleno de Xàbia. Quería expresar su desesperación. El miedo a perder su casa. El pleno se hizo eterno y,al final, no intervino. Pero sí contó a los periodistas su drama. No tiene trabajo y le han dado la incapacidad absoluta. La ayuda de 500 euros que recibe es el único dinero que entra en su casa, donde Pedro vive con su mujer y sus cuatro hijos (tienen entre 8 y 18 años). No le da para pagar la hipoteca. En 2004, pidió un alquiler social, pero Xàbia no tiene viviendas de este tipo. No obstante, asegura que los Servicios Sociales le están ayudando mucho. Aseguró que el banco ha puesto en marcha el desahucio, que ve inminente.