El valenciano en Calp está en el aire. Sí, porque en la calle no se ve ni una palabra. El Ayuntamiento, en los rótulos, utiliza sólo el castellano. Ni siquiera en el panel de la playa del Arenal en el que va pasando la programación cultural aparece el valenciano.

El actual gobierno local, del PP y dos grupos independientes, se ha olvidado de las políticas de promoción lingüística. Solo tiene ojos para un idioma, el castellano.

El portavoz de Compromís, Ximo Perles, advirtió en el pleno de que el menosprecio al valenciano es ya tan flagrante que, en las actas de los plenos, sus intervenciones y las de otros ediles valencianohablantes se traducen al castellano. La Administración calpina no se toma muy en serio el Estatut d'Autonomía y la Llei d'Ús i Ensenyament del Valencià. Ambas lenguas son oficiales. Además, el municipio es bilingüe.

El portavoz de Compromís planteó en el pleno que se contrate a un traductor. Al parecer, el problema de que las actas se traduzcan al castellano es que el funcionario que se encarga de transcribirlas no domina el valenciano. En el mismo pleno, el alcalde, César Sánchez, del PP, dio cuenta de dos subvenciones del Servef para contratar a dos personas a jornada completa y a otra a media jornada. Perles considera que uno de esos contratos podría ser el del traductor. «Es una plaza que hace falta», indicó el edil.

El Ayuntamiento, es evidente, debe ponerse al día con la cartelería. Más de un vecino ya le ha sacado los colores. Incluso en los rótulos de las calles la querencia al castellano provoca errores como el rebautizar el «Carrer Major» como «Carrer Mayor».