Dénia se pone deberes ante Europa. Tanto si logra dos millones de euros de los fondos Feder para su Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrador (Edusi) como si no, el ayuntamiento está decidido a convertir Dénia en una «ciudad amable, integradora y accesible». Pero mejor si Europa da el empujón.

El alcade, Vicent Grimalt, del PSPV, presentó ayer junto a sus ediles de Urbanismo, Maria Josep Ripoll, y Medio Ambiente, Josep Crespo, y todos los portavoces municipales, las líneas de actuación del proyecto Edusi. La estrategia hasta 2022 sube a 13,4 millones. Pero el consistorio es cauto. Ha elaborado un plan de implementación hasta 2019. El presupuesto es de 4,1 millones. La mitad lo debe aportar Europa y la otra el ayuntamiento. Grimalt dejó claro que el consistorio no está para tirar la casa por la ventana. Podía haber pedido cinco millones y aportar otros tantos. Pero la economía municipal no da para esas alegrías.

El proyecto de Dénia plantea acciones muy concretas. Pone mucho énfasis en «pacificar» el tráfico, ganar espacios peatonales y crear aparcamientos disuasorios en la periferia. Prevé también colocar sensores para evaluar la contaminación ambiental y acústica.

El ayuntamiento quiere, además, desarrollar un proyecto piloto de eficiencia energética en el centro social. Y aboga por rehabilitar el patrimonio arquitectónico y vincularlo a la ciudad creativa de la gastronomía. La antigua Llotja de Peix acogería un FishLab Centre. Sería un laboratorio de experimentación gastronómica con especies de pescado que ahora mismo tienen escaso valor comercial. Estaría conectado con el mercado municipal.

La estrategia también potencia la identidad histórica de Dénia. Y para ello es básico tirar adelante el plan especial del castillo.