El chalé del ministro empieza a sufrir achaques. Lejos queda el esplendor de esta moderna (lo fue en su tiempo) mansión que el ministro de Franco Mariano Navarro Rubio se construyó en 1960 en el litoral público de Xàbia y sobre un yacimiento romano (compró la parcela al Ayuntamiento por 10.000 pesetas). La naya del chalé está ahora apuntalada. Los pilares de hormigón se ven deteriorados.

La madera de las mallorquinas y de las barandillas han perdido lustre. Y el ladrillo vista del primer piso también está deslucido. Además, como ya publicó este periódico, los herederos del ministro han renunciado a mantener mínimamente las piscinas exteriores, que ahora son una ruina. Solo la exuberante vegetación del jardín evoca al antiguo brillo de una mansión que, en los años 60 y 70, cuando Navarro Rubio era una de los cargos más influyentes de la dictadura (entre 1957 y 1965 dirigió el ministerio de Hacienda y luego fue gobernador del Banco de España cinco años), ejemplificó la unión de la arquitectura y el poder. El ministro que impulsó la liberalización económica de la dictadura, que soltó el lastre de la autarquía, abría las ventanas de su casa a la arquitectura moderna. Eso sí, se aprovechaba de sus privilegios, ya que se apropió de un trozo de costa y de un valioso yacimiento arqueológico del siglo I de nuestra era.

Navarro Rubio encargó el diseño del chalé al arquitecto Fernando Martínez García-Ordóñez. La vivienda figura en tratados de arquitectura como ejemplo de funcionalidad y vanguardia en el urbanismo residencial.

El chalé y la parcela, que Navarro Rubio bautizó como finca de San Rafael, son la última reminescencia de los privilegios de los cargos franquistas en el litoral de Xàbia. En 1987, el Tribunal Supremo anuló las compras de terrenos de dominio público realizadas por jerarcas de la dictadura. En 2007, ese suelo recuperó su condición de público e inalienable.

Sin embargo, los herederos del exministro no tuvieron que devolver ni un centímetro de su parcela. El ministerio de Obras Públicas legalizó la finca de 7.000 metros cuadrados en 1982 y concedió a Navarro Rubio y a sus herederos «la utilización gratuita y permanente». La ley de Costas de 1988 corrigió en parte esa prebenda al limitar la concesión a 30 años. Pero en 2014, la familia se benefició de la amnistía de 75 años otorgada por el Gobierno del PP a las casas que ocupan el dominio público marítimo-terrestre. Por ahí los descendientes del exministro de Hacienda con Franco también tienen el chalé bien apuntalado.