Dénia quiere ganar la batalla de la memoria. El ciclo «Dénia en guerra» ha recuperado una historia bélica que comienza en el siglo I, cuando Sertorio, levantado contra Roma, estableció aquí la sede de su flota, y llega hasta la Guerra Civil. El historiador Eladi Mainar analizará hoy los ataques franquistas en la ciudad y Vicente Larios, de la Asociación de Veteranos Reservistas, repasará las unidades militares que hubo en Dénia entre 1936 y 1939. Larios aportará datos nuevos, ya que ha realizado una minuciosa investigación en el Archivo General Militar de Ávila. Además, este sábado tendrá lugar una visita experimental a los búnkeres y defensas antiaéreas de les Rotes. Y el próximo jueves Francisco Taberner detallará cómo eran los refugios y las arquitecturas de la defensa pasiva.

El director del museo de Dénia, Josep Gisbert, planteó ayer que los vestigios de la Guerra Civil que quedan en Dénia, como los refugios antiaéreos del túnel del Castell y de Temple de Sant Telm (éste último, que no se llegó a acabar, está cerrado), se pongan en valor, se detallen en un folleto y formen parte de una ruta guiada. Otro vestigio interesante es el goniómetro situado en el castillo. Madrid abrió este verano el búnker de El Capricho y ha registrado un alud de visitas.

El ciclo de conferencias que ahora acaba ha sido posible gracias a una subvención del Ministerio de Defensa. Gisbert aboga por «unir esfuerzos» para hacer realidad esa ruta que descubriría cómo fue la Dénia de entre 1936 y 1939. En esos años, la ciudad sufrió tres bombardeos navales y numerosos ataques aéreos.

«Dénia en Guerra» acabará el 28 de octubre con un homenaje al historiador ya fallecido Emilio Oliver Sanz de Bremond. Retrató la vida en la retaguardia republicana de Dénia durante la Guerra Civil.