El Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Levante también ha analizado la tipología de algunas de las zonas que han sido presa de las llamas y recuerda que definir el carácter, la función o un programa para el suelo rústico «es una asignatura pendiente en la Comunitat Valenciana que legislaciones como la LOTUP -Ley de Ordenación del Territorio, Urbanismo y Paisaje- tratan de corregir a través de los estudios de paisaje o la infraestructura verde, con resultado desigual».

El colectivo profesional recuerda que no es la primera vez que advierten de ello: «Ya lo dijimos en 2012, tras el gran incendio de Cortes de Pallás: Los ayuntamientos dedican los recursos técnicos para dar un tratamiento correcto al medio urbano y planificar lo que de una forma inminente se va a convertir en urbano, pero salvo en contadas excepciones, no tienen técnicos que se dediquen a gestionar el espacio no urbanizable; es decir, básicamente el espacio agrario y forestal del municipio».

Planes

También recuerdan en su informe que los planes generales y la Ordenanzas municipales no comprenden aspectos fundamentales para el medio natural -lo que se conoce suelo no urbanizable- ni para la gestión de la infraestructura verde del propio espacio urbanizado. «Por ello nos encontramos casos como el que nos ocupa, donde el fuego ha campado a sus anchas entre urbanizaciones, bordes e infraestructuras».