El Colegio de Ingenieros Agrónomos de Levante (COIAL) considera imprescindible actuar sobre las zonas de más alto valor paisajístico calcinadas por el incendio de Xàbia. Se trata de dos espacios concretos, que juntos suman una superficie de nueve hectáreas, y cuyo estado después del incendio no sólo ha provocado un grave impacto ambiental, sino que, además, lo puede provocar económico por dejar de ser un polo de atracción turística de calidad. Según los expertos, existe la tecnología para que, con una adecuada planificación, ejecución y mantenimiento, los resultados empiecen a ser visibles desde el primer año.

El primero de ellos es el entorno del Barranc de Martorell, que da acceso a la Cala Granadella. Según sus primeras estimaciones, la creación de espacios públicos, implementación de equipamientos y los sistemas de vegetación podría rondar 1,2 millones de euros.

El segundo sería el entorno del Castell de la Granadella y Tossal de Chapa, una zona de gran exposición visual que constituye el fondo escénico de la cala de la Granadella. Los ingenieros agrónomos proponen una primera fase basada en una regeneración extensiva, que resulta de bajo coste y con resultados rápidamente visibles, además de una mejora de las infraestructuras ambientales. Esta actuación podría ascender a 1,6 millones de euros.

En ambos casos, y si se acometen los trabajos de inmediato, los ingenieros agrónomos estiman que los resultados podrían comenzar a verse a partir del primer año, coincidiendo con el próximo período estival, lo que minimizaría la huella del fuego en estas valiosas zonas. Para el resto del terreno siniestrado, el COIAL apuesta por una intervención convencional, similar a las que se llevan a cabo en la mayoría de zonas afectadas por un incendio forestal.

Caracterizar el suelo no urbanizable

El Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Levante también ha analizado la tipología de algunas de las zonas que han sido presa de las llamas: "Definir el carácter, la función o un programa para el suelo rústico es una asignatura pendiente en la Comunitat Valenciana que legislaciones como la LOTUP tratan de corregir a través de los estudios de paisaje o la infraestructura verde, con resultado desigual", aseguran fuentes del colegio.

Las mismas fuentes lamentan que no es la primera vez que advierten de ello: "Ya lo dijimos en 2012, tras el gran incendio de Cortes de Pallás: los ayuntamientos dedican los recursos técnicos para dar un tratamiento correcto al medio urbano y planificar lo que de una forma inminente se va a convertir en urbano, pero salvo en contadas excepciones, no tienen técnicos que se dediquen a gestionar el espacio no urbanizable, es decir, básicamente el espacio agrario y forestal del municipio. Los Planes Generales y la Ordenanzas municipales no comprenden aspectos fundamentales para el medio natural (suelo no urbanizable) ni para la gestión de la infraestructura verde del propio espacio urbanizado. Por ello nos encontramos casos como el que nos ocupa, donde el fuego ha campado a sus anchas entre urbanizaciones, bordes e infraestructuras.

También destacan la importancia del encaje territorial y la integración paisajística: "El territorio es un mosaico creado por diferentes modos de utilización del medio. Las terrazas agrícolas, los cultivos tradicionales o las tipologías constructivas tradicionales son sugerencias que pueden mejorar la armonización de nuevos crecimientos en el paisaje. La topografía original o los bancales pueden servir para suavizar las transiciones entre el espacio habitado y los espacios forestales. Pensar el borde urbano es una oportunidad de minorar riesgos como los incendios o mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Modos de ocupar el territorio que se cierran en sí mismos a menudo olvidan el sustrato paisajístico que los soporta".

Espacios agrarios abandonados

Asimismo, los ingenieros agrónomos se han referido a los espacios agrarios abandonados: "Cuando estamos ante casos singulares especialmente peligrosos, como pueden ser espacios de altísimo valor paisajístico o ecológico, tenemos que plantearnos muy seriamente qué hacemos con los espacios agrarios abandonados. Por poner un ejemplo, es como si los edificios que rodean a la Catedral de Valencia estuvieran en ruinas. En los núcleos urbanos sí se invierten recursos técnicos y económicos para mejorar los entornos de alto valor arquitectónico, en cambio no se da importancia a los entornos de alto valor ambiental y paisajístico hasta que, desgraciadamente, tienen lugar desastres como el que nos ocupa.

Finalmente, el COIAL recuerda que esta recuperación inducida del paisaje "ha de estar dirigida por profesionales expertos que consigan maximizar la velocidad de recuperación y optimizar la inversión. Esto debe de ser algo dirigido para que las especies sean las adecuadas, se gestionen de forma adecuada y se tomen medidas oportunas para frenar cualquier proceso erosivo".