Además de voraces y peligrosos para miles de vecinos, los incendios que han asolado desde el domingo una parte importante de los términos municipales de Xàbia y el Poble Nou de Benitatxell y de Bolulla, Callosa d'en Sarrià y Tàrbena, en las Marinas Alta y Baja, son persistentes. No hay llama, pero el suelo quemado sigue «muy caliente», según confirmó ayer la Conselleria de Medio Ambiente. Por este motivo, los bomberos y las brigadas forestales continúan refrescando y haciendo guardia junto a las pinadas que se han salvado para evitar más sustos. «El riesgo sigue siendo elevado por las altas temperaturas, el viento y lo reseca que está la vegetación por este episodio de sequía», advirtió ayer la máxima responsable de la conselleria, Elena Cebrián, en una visita a la zona. Este fin de semana, a pesar del peligro evidente, se espera una avalancha de turistas y curiosos para ver cómo ha quedado todo. Nadie sabe cómo se podrá gestionar esta situación.

El incendio que se metió en las urbanizaciones y obligó a desalojar a 1.400 vecinos de Xàbia y el Poble Nou de Benitatxell quedará como modelo del peligroso coctel de día abrasador, viento, pavesas volando y miles de casas construidas sin valorar el peligro del fuego (sus setos, pérgolas y jardines, así como las parcelas con maleza de las urbanizaciones se convirtieron en fácil combustible para las llamas). La consellera también aludió a otro incendio persistente que se desató el martes por la noche y que disparó todavía más la alarma en Xàbia. Es el incendio del vertedero de residuos verdes de Ramblars. Tras cuatro días, las llamas siguen consumiendo las montañas de restos de podas. Cebrián subrayó que la conselleria ha puesto en marcha un plan para cerrar los vertederos ilegales. Todavía hay un puñado en la Comunidad. «Y algunos son más flagrantes que éste y tienen más impacto paisajístico», precisó. En Ramblars, se clausuró hace años un vertedero de inertes. Quedó el de residuos verdes, que el ayuntamiento también debe cerrar más pronto que tarde. Hay un proyecto para construir una planta de compostaje de restos verdes. «También debemos pensar que hay otras situaciones de riesgo como la basura que se deja en la montaña», reflexionó Cebrián.

Preocupa

El uso del fuego en las urbanizaciones que lindan con masas forestales preocupa a la conselleria de Medio Ambiente. Las barbacoas, las cenizas mal apagadas arrojadas a contenedores de basura y a cunetas y los farolillos voladores ya han dado más de un susto. En Xàbia, se han sucedido los pequeños incendios y los conatos originados por estas causas. Elena Cebrián también advirtió ayer del riesgo de acumular hojas secas o de los techados de paja (en el incendio de Xàbia se prendían con gran facilidad). Los setos, como se ha comprobado ahora, también son otro factor de peligro.

La Conselleria espera que a lo largo del fin de semana se pueda dar por cerrado este triste episodio de incendios, para lo cual será fundamental una ayuda en forma de descenso de las temperaturas que, por ahora, no se prevé.